Queridos hermanos de Yo Creo En Dios, que el Señor en esta nueva mañana, los proteja y bendiga a cada uno de ustedes.

Hoy queremos invitarlos a hacer esta hermosa oración, para que nuestro Padre celestial nos permita sellar nuestro hogar con la sangre preciosa de su amado hijo Jesucristo, para que su presencia reine entre nosotros y para que su gracia preciosa nos ilumine y nos conceda el valor de perseverar en la oración y llegar a tener, una buena convivencia en nuestro hogar y nos llene de esta manera de muchas bendiciones.

Has esta oración para encontrar regocijo y paz en nuestro Dios todopoderoso, para que cuando se presenten inconvenientes y malentendidos en tu hogar puedas entregarle las cosas a Dios, tener calma y tomar buenas decisiones para ti y tu familia.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Padre Amado, te rogamos que bendigas nuestro hogar, bendice por favor nuestras entradas y salidas, bendice nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra alma, y que la sangre de tu precioso hijo Jesucristo, cubra y selle nuestro corazón para que no se contamine de odio, rencores, miedos, temores o angustias.

Padre eterno y misericordioso, ayúdanos a deshacernos de todo aquello que te desagrade de nosotros, para que podamos amarte, alabarte y adorarte por siempre. Ayúdanos a apartarnos del egoísmo, del orgullo, del desamor y en cambio de esto, danos oh Padre Santo, sabiduría y discernimiento para tomar buenas decisiones.

Por favor amado Padre Celestial, saca también de nosotros toda influencia maligna, toda mala intención de nuestro corazón, toda envidia, rivalidad, codicia, lujuria o perversidad, y por la sangre preciosa de tu hijo Jesucristo, aleja de nuestras vidas y de nuestro corazón la soberbia, el resentimiento, la arrogancia, la insensatez y la indiferencia.

Padre Amado, aleja de nosotros la mentira, el engaño, la murmuración y de todo mal ayúdanos para que el escudo de nuestra fe en ti, nos defienda de todo lo que quiera hacernos daño, líbranos de caer en la superstición, en la hechicería y en todo lo que te desagrada. Queremos que tu palabra sea nuestra guía y nos conduzca por caminos de victoria.

Te rogamos oh Padre del cielo, que por los méritos de tu amado hijo quien dio su vida por nosotros en la cruz, nos defiendas de los espíritus malignos, nos libres de los enemigos y de toda enfermedad o virus que esté desatado en este mundo.

Amoroso Padre, líbranos de la depresión, de la angustia y la desilusión, y si es tu voluntad provéenos tranquilidad y bienestar. Dios amado de mi alma, te rogamos que nos protejas de todos estos males que nos acechan y líbranos del ciclón de la indiferencia.

Padre celestial, séllanos con la preciosa sangre de tu hijo Jesucristo para que nada ni nadie nos pueda desviar del camino de la salvación, para que nada ni nadie nos pueda provocar daño alguno, y para que la paz que tu hijo Jesucristo derramó sobre la iglesia, permanezca para siempre en nuestro hogar, en nuestros corazones, en nuestros familiares y amigos.

Visita oh Padre nuestro este hogar, y bendice toda fuente de abastecimiento de esta familia, danos abundancia de paz y acrecienta nuestra fe en ti, para que podamos llevar una vida de oración, amor y caridad conforme a tus mandamientos.

(Ahora di el nombre de las personas que habitan tu hogar y encomiéndalas al Padre misericordioso para que en este tiempo y por siempre nos libre de todo mal).

Ayúdanos oh Padre Santo, a vivir en armonía y de acuerdo a tu voluntad y que podamos sentir tu presencia entre nosotros para que gozando de tu compañía aquí en la tierra, lleguemos felizmente a reunirnos contigo en tu morada celestial.

Omnipotente Padre de amor, ayúdanos y bendícenos porque en nuestra fragilidad y debilidad frente al pecado, extraviamos con frecuencia nuestros caminos y no queremos equivocarnos más, sino que más bien, deseamos actuar con obediencia hacia ti y solicitarte que por tu infinita bondad nos ilumines y nos regales la buena convivencia en este hogar.

Padre Amado te pedimos de todo corazón el perdón de nuestras culpas y pecados, y te suplicamos para que nos concedas ser mejores cristianos cada día. Ayúdanos en la conversión de nuestras vidas para dar buenos frutos y en abundancia.

Benignísimo Padre, yo me rindo de rodillas a tus pies, pues yo creo en ti y pongo en tus benditas manos a mis seres queridos, enséñanos a bendecir y a amar, enséñanos a perdonar y a olvidar las ofensas, para así mismo recibir el perdón de nuestras culpas.

Padre celestial sellamos con la sangre de tu amado hijo, el aire que respiramos, los alimentos y bienes que tú nos proporcionas tan generosamente, el techo bajo el cual vivimos; sellamos nuestros trabajos, negocios, estudios y todas las actividades que realizamos aquí a diario, y te invitamos a entrar en nuestro hogar y si es tu voluntad nos regales el amor y la unidad.

Padre, por tu infinita misericordia derrama sobre las personas que habitan esta vivienda, tu amor y tu fidelidad, renueva en nosotros los siete dones del Espíritu Santo, y ayúdanos a ser de bendición los unos a los otros, ayúdanos a donarnos en el servicio, guíanos hacia el apoyo constante y mutuo, ayúdanos a ser considerados y a que seamos conscientes de que todos merecemos ser amados, escuchados y comprendidos siempre.

ASÍ SEA +

Ahora te invitamos a reforzar esta gran oración, haciendo el Credo, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.