Queridos hermanos de Yo creo en Dios, en esta nueva mañana deseamos que el Señor los llene de grandes bendiciones.
Son muchas las oportunidades en las que nos olvidamos de Dios, momentos en los que al parecer estamos bien en todo y no necesitamos de él, sin embargo, la realidad es que en cada instante de nuestras vidas dependemos de la compañía y ayuda del Señor, sobre todo cuando estamos pasando por situaciones difíciles en las que necesitamos del apoyo de nuestro Padre Celestial.
Por esa razón hoy te traemos esta bella Oración de la Mañana, para decirle a Dios que lo necesitamos con urgencia en nuestras vidas, para que nos ayude a solucionar nuestros problemas, nos de su compañía y nos proteja de todo mal y peligro.
Realiza esta oración siempre que necesites al Señor, o durante nueve días seguidos si tienes alguna necesidad en especial, como siempre, con la certeza, de que el Señor te escuchará y ayudará muy pronto.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Señor en esta nueva y bella mañana, llego hasta ti con gran preocupación, pues estoy pasando por muchas y muy difíciles situaciones, que han vuelto mi vida una gran tormenta muy ardua de llevar, y es por eso que con suma urgencia “hoy te necesito”.
Te necesito mi Señor en primer lugar, para que perdones todos y cada uno de mis pecados, pues aunque muchas veces no lo reconozco, son una persona pecadora, que se equivoca a diario y que toma malas decisiones, lo que me lleva a enfrentar diferentes problemas en lo económico, en mi trabajo, en mis relaciones interpersonales e incluso con mi familia, por eso te pido con humildad que te olvides de mis culpas y que me ayudes a convertir en una persona que pueda perdonar también las ofensas que me hacen a diario.
Mi Dios, tú que eres Santo y bueno, ayúdame en mi conversión diaria, permite que desde el amanecer hasta el anochecer pueda ver tu luz guiándome a cada instante, para ser una mejor persona, para amar y respetar a todos mis hermanos sin importar la raza, el dinero, el estudio o de dónde sea, haz que vea en ellos tu rostro y que cada día tenga un corazón más humano.
Señor Jesús, hijo del Padre Santísimo, que eres uno y trino a la vez, por favor dame tu bendición en este día, pues hoy te necesito y preciso con urgencia de ti, pues hoy tengo un enorme problema que no he podido solucionar, pero sé que de tu mano, si tú estás conmigo y yo te dejo entrar a mi vida, las cosas cambiarán para mejor:
(Ahora cuéntale al Señor tu dificultad y pídele con mucha humildad que te ayude a solucionarla)
Querido redentor y salvador nuestro, por favor ayúdame a solucionar mis problemas financieros, dame por favor un trabajo digno, donde me respeten y valoren lo que hago, que por medio de este, pueda llevar el sustento a mi hogar, y pueda tener un mejor futuro, y si mi anhelo es tener mi propio negocio o empresa, te pido que me bendigas y que sea próspero, cualquier emprendimiento que realice.
Señor, también te pido tu ayuda para que bendigas mi cuerpo, para que lo sanes de cualquier enfermedad que pueda tener, por favor ilumínalo con tu luz de sanidad para que se purifiquen todas las células de mi cuerpo, para que se restaure de todo mal que esté intentando dañarlo, por favor alivia mis penas y calma mis dolores, y con tu gran poder hoy me declaro una persona sana.
Señor, hoy te necesito, para que me protejas de todo mal y peligro, de todas las acechanzas del enemigo, de la turbulencia de la oscuridad que en más de una ocasión, ha querido absorberme y dañarme, pero que ha sido gracias a tu misericordia que he logrado sobrevivir y salir ileso; por favor sígueme amparando y llévame siempre por la senda del bien.
Finalmente mi Dios, te suplico que le des tus bendiciones, a todos mis seres queridos y amados, dales fortaleza en sus sufrimientos, guíalos y dales entendimiento, para solucionar sus problemas, y también protégelos de todo mal y engaño del maligno, para que tengan una vida plena, en paz y armonía al lado tuyo.
Todo esto te lo pido en nombre del bendito sacrificio que hiciste por nosotros, y de tu Santísima madre, nuestra amada María, para que me acompañes y bendigas durante todos los días de mi existir, pues yo necesitaré de ti, por siempre.
AMÉN +
Ahora complementemos nuestra oración al Señor, haciendo el Credo, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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