ORACIÓN A LA VIRGEN DE GUADALUPE PARA OBTENER SU GUIA Y SU PRONTA AYUDA
Queridos hermanos, que el Señor y nuestra Santa Virgen de Guadalupe, los bendiga y proteja en este nuevo día.
Todos necesitamos refugiarnos en un ser de luz que nos saque de la angustia o desasosiego que en ocasiones nos perturba, es por este motivo que hoy te presentamos esta bella oración a la virgen de Guadalupe para que ilumine nuestras vidas y nos brinde su guía y protección.
Haz esta oración cuando sientas que quieres tener esta guía espiritual que nos lleva directamente a ver la misericordia de Dios en nuestras vidas y que nos acerca a él con tanta ternura y humildad a ejemplo suyo.
Haz esta oración a nuestra amada virgen de guadalupe, durante siete dias seguidos, con mucha fe y esperanza, y de seguro, nuestra amada madre del cielo, intercederá por nosotros ante el Señor.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Virgen de Guadalupe, maestra del amor silencioso, a ti, que sales al encuentro de los pecadores, te consagro en este día, todo mi ser y todo mi amor, te consagro también mi vida, mi trabajo, mis alegrías, mis penas, mis tribulaciones y todos mis logros.
¡Virgen Santísima de Guadalupe! Santa Madre de Dios, Señora y guía nuestra. Hoy elevo mis súplicas en tu nombre para que dirijas tu mirada a este fiel servidor; no me desampares en los momentos oscuros y sé mi luz espiritual en cada instante de mi vida.
Quiero ser totalmente de ti y recorrer contigo el camino de la plena felicidad en Jesucristo, así que no me sueltes de tu mano, hermosa princesa.
Virgen Santísima, Madre de Dios y Señora nuestra, heme aquí por tu inmenso amor, por tu bondad y misericordia ruega a Dios para que aumente nuestra fe en él y podamos hacer siempre su santa voluntad.
Madre de Dios, la más tierna y compasiva de las madres, cobíjame bajo el manto de tu protección Virgen Santísima de Guadalupe, defiéndeme en las tentaciones, consuélame en las tristezas y ayúdame en los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras y en los abandonos, y en la hora de mi muerte, mírame con ojos compasivos y no te separes jamás de mí.
Virgen de Guadalupe, madre y reina nuestra, aquí me tienes humildemente postrado ante tu prodigiosa imagen, en ti pongo mi esperanza, pues solo tú eres mi consuelo; estando bajo tu sombra protectora y en tu maternal regazo, nada podre temer. Ayúdame en mi peregrinación terrena e intercede por mí ante tu Divino Hijo para que alcance la eterna salvación de mi alma.
Virgen Santísima, aléjame de los malos pasos, consuélame en los momentos de angustia y ayúdame en todas mis necesidades. Cuídame de los peligros para el alma y para el cuerpo, ten piedad de mí y nunca me abandones.
(En este momento dile a la Virgen de Guadalupe lo que hoy te aqueja y ella escuchará tus súplicas, te concederá paz y consuelo y lo que anhela tu corazón, si es para tu bienestar.)
Recuerda misericordiosa Virgen de Guadalupe, que en tus apariciones prometiste mostrar tu bondad y caridad a todos los que tengamos confianza en ti y busquemos de ti ayuda y protección, por eso hoy acudo a ti, con la firme esperanza, de recibir tu poderoso y bendito auxilio.
Acuérdate también piadosa madre, que los que han acudido a ti nunca han sido defraudados, por esa razón hoy deposito total confianza en ti Madre mía, para obtener alivio a mis penas, pues sé que me darás tu valiosa asistencia.
Te pido perdón madre mía por mis pecados, y te suplico que me ilumines y escuches mis peticiones, para lograr tener paz en mi vida, pues yo confío en que me darás tu santa bendición.
¡Oh santa Virgen Inmaculada! Escucha la oración que te dirijo con mucha fe y confianza desde el fondo de mi corazón. Lléname de tranquilidad, esperanza, justicia y prosperidad y no permitas que mis enemigos me alcancen; dame fuerza para resistir los tormentos de la vida y guía mi corazón por las sendas del bien.
¡Santa María de Guadalupe!, madre piadosa, hoy me acerco a ti rogando misericordia y paz a mi alma agobiada y doliente, por favor sé tú mi luz en el sendero de la vida. Madre amada, protectora de los cristianos y de los creyentes, fiel servidora del Señor, hoy te pido que llenes mi vida del gozo del amor familiar y conyugal, que en mi hogar, halla compresión, entendimiento, respeto y felicidad.
Haz que mi corazón y el de los míos siempre estén guiados por tu caridad de modo que este sentimiento nunca esté ausente en nuestras almas. Llénanos de piedad y de compasión ante los demás y no permitas que la soledad o el odio se instauren en nuestro ser por tu infinita bondad.
Santísima Virgen de Guadalupe, tú eres mi madre amada, tierna y cariñosa, cúbreme siempre con tu manto sagrado, para que nada me perturbe, alcánzame los favores que te pido del Señor en esta humilde oración, y tráeme la paz y la misericordia de Dios, para que mi ser sea digno algún día, de estar al lado del Señor, por siempre.
ASÍ SEA +
Ahora complementemos nuestra oración a nuestra Virgen de Guadalupe haciendo un Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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