Estimados hermanos de Yo creo en Dios, en muchas ocasiones solemos tomar decisiones equivocadas que nos llevan a cometer errores, incluso irreparables, donde terminamos lastimando a los demás y a nosotros mismos. Sin embargo, a pesar de que erramos en tantas ocasiones, Dios nos perdona, siempre y cuando nuestro arrepentimiento sea verdadero y queramos un cambio en nuestra vida.
Es por este motivo que en esta ocasión te traemos esta hermosa oración a las cinco llagas de Jesús como símbolo de su amor y fidelidad y de la misericordia que siempre tiene con nosotros.
Haz esta oración por nueve días seguidos y descubre el inmenso amor de Jesús, que logró la salvación del mundo entero y la reconciliación del hombre con el Padre Celestial.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Oh mi buen Jesús, deseo que siempre te hubiera amado y nunca te hubiera ofendido, de rodillas ante tu imagen sagrada me encuentro hoy, pidiendo tu misericordia y perdón por mis pecados cometidos, pues sé que tú hiciste en la cruz este gran sacrificio por amor y por darme la salvación de mi alma.
Dulce Jesús de mi vida, mi gran amor y mi redentor, tú eres el único digno de alabanza y de honor. Hoy veo cómo tantas veces me has colmado de grandes bendiciones y yo te he ofendido con mi actuar, por eso humilde y arrepentido, me postro ante ti convencido de que aún puedo remediar todas mis faltas. Amado Jesús, con todo mi ser hoy te pido, que me perdones por mis desprecios, por mi falta de amor, por mi falta de gratitud y por mi indignidad: ten compasión, oh Jesús mío, borra mis culpas porque grande es tu misericordia, para que pueda dar testimonio de tu amor y de tu fidelidad, por eso con mi corazón arrepentido y con mis labios, hoy te digo: Por la Santísima llaga del pie izquierdo de mi Amado Jesús: me duele mi Señor, verte sufrir aquella tan dolorosa pena. Te doy gracias, oh Jesús de mi alma, porque con ello me detuviste en mi carrera al abismo, desangrándote a causa de las punzantes espinas de mis pecados. Es por eso que hoy ofrezco al Padre Eterno, esta tan dolorosa pena de mi buen Jesús, para resarcir todas mis culpas, que aborrezco con sincero arrepentimiento. Por la Santísima llaga del pie derecho de mi Amado Jesús: me duele mi Señor, verte sufrir aquella tan dolorosa pena. Te doy gracias, oh Jesús de mi vida, porque derramaste tu sangre para castigar mis deseos maliciosos y de placer. Es por eso que hoy ofrezco al Padre Eterno, esta tan dolorosa pena de mi buen Jesús, para pedir la gracia de llorar por mis faltas y de perseverarme en el camino del bien, cumpliendo fielmente sus mandamientos y haciendo su voluntad. Por la Santísima llaga de la mano izquierda de mi Amado Jesús: me duele mi Señor, verte sufrir aquella tan dolorosa pena. Te doy gracias, oh Jesús de mi alma, porque por tu entrega en la cruz, me libraste de sufrir la flagelación y la eterna condena, que merezco a causa de mi maldad. Es por eso que hoy ofrezco al Padre Eterno, esta tan dolorosa pena de mi buen Jesús, para que me ayudes a hacer buen uso de mis fuerzas y de mi vida, para producir frutos dignos de la gloria de Dios. Por la Santísima llaga de la mano derecha de mi Amado Jesús: me duele mi Señor, verte sufrir aquella tan dolorosa pena. Te doy gracias, oh Jesús de mi alma, por haberme colmado de bendiciones, y eso a pesar de mi insistencia en el pecado. Es por eso que hoy ofrezco al Padre Eterno, esta tan dolorosa pena de mi buen Jesús, para que me ayude a actuar con sabiduría y discernimiento, para honra de mi buen Dios. Por la santísima llaga del sacratísimo costado de mi Amado Jesús: me duele Jesús de mi vida, ver como sufriste tantas injurias y blasfemias. Te doy gracias, oh mi buen Jesús, por el amor que tuviste por mí, al permitir que te hirieran el costado, con una lanza y así derramar la última gota de tu preciosa sangre para alcanzar mi salvación. Es por eso que hoy ofrezco al Padre Eterno, esta tan dolorosa pena de mi buen Jesús, para que mi alma pueda encontrar en su corazón traspasado, un refugio seguro, y amparo y alivio a mis aflicciones. Dulce Jesús de mi alma, en tus brazos busco abrigo, protección y consuelo, ya que tú eres mi única esperanza, háblame en el silencio de mi corazón, pues sediento estoy de tus palabras, a ti oro mi amado Jesús, día y noche, todo mi ser te anhela con locura, para que ilumines mi existencia con tu presencia y tu paz que sobrepasa todo entendimiento sea mi compañera incondicional y mi amiga aquí en la tierra y en la hora de mi muerte, no te olvides de mí, Dios mío, pues en ti confío y confiaré por siempre. ASÍ SEA + Ahora haz el Credo, el Salve, un Padre Nuestro, un Ave María y tres Glorias. https://www.youtube.com/watch?v=WxkKG3N9aBY&t=12s |
Comentarios