Cuando se corta un árbol, queda aún la esperanza de que retoñe y de que jamás le falten renuevos. Aunque ya esté vieja la raíz y el tronco se esté pudriendo en el suelo, al sentir la frescura del agua, reverdecerá; echará ramas como una planta tierna.
Job 14: 7-9.
Si un árbol aun cuando lo cortan y su raíz es vieja y parece tenerlo todo en contra tiene esperanza de volver a crecer, echar ramas y dar frutos, con mayor razón tú debes confiar en que saldrás de aquella dificultad en la que te sientes atascado, debes pensar y actuar con optimismo, con esperanza y fe en que Dios te guiará y te ayudará a afrontar esa situación difícil que te hace sentir asfixiado.
Nunca abandones la esperanza, no olvides que no estás solo, que Dios siempre está contigo y envía siempre ángeles que te acompañan, que te devuelven la ilusión y te recuerdan que tienes un objetivo que alcanzar y por esto no puedes atascarte en un solo lugar o en una circunstancia pasajera.
Recuerden que en otro tiempo estaban sin Cristo, separados de la nación de Israel, y no tenían parte en las alianzas ni en la promesa de Dios. Vivían en este mundo, sin Dios y sin esperanza. Pero ahora, unidos a cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes que antes estaban lejos están cerca.
Efesios 2: 12-13.
Porque las dificultades, así como todo en la vida son instantes, momentos que pasan y eres tú quien decide si debes detenerte en algún lugar o momento de la vida, o seguir y hacer camino mientras avanzas, porque cuando no conocías de Dios, cuando estabas lejos de Cristo, no tenías esperanza porque no sabías de su misericordia y sus alianzas, pero ahora que estás con Él, que está en tu vida, eres parte de su pueblo por tanto estás hecho para ser feliz.
No abandones entonces la esperanza, ahora que la has disfrutado al ser parte de los escogidos por Dios, no te entierres en vida, no te sientas en la muerte porque Dios ha enviado a su hijo, que ha resucitado para que tú resucites con Él, y además quiere que vivas en el presente, compartiendo con quienes están a tu alrededor y teniendo una vida plena.
Hermanos, no queremos que se queden sin saber lo que pasa con los muertos, para que ustedes no se entristezcan como los otros, los que no tienen esperanza. Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios va a resucitar con Jesús a los que murieron creyendo en él.
1 Tesalonicenses 4: 13-14.
Dios te ha permitido ver y entender lo que pasa con los muertos, pero no los de muerte física, sino esos que mueren en espíritu, aquellos que han perdido la esperanza, los que se quedaron atrapados en el pasado o los que viven angustiados por el futuro, quienes no creen que como Jesús pueden resucitar a la vida eterna, para que tú no pierdas la esperanza, para que creas que así como Cristo murió y resucitó, tú puedes resucitar al creer en Él, al creer que la vida no termina en cuanto tienes problemas o dificultades.
Parte importante de la vida es aprender a pasar con fe y gloria esos instantes de tropiezo, esas pruebas que la vida te presenta, no son más que aprendizajes y experiencias que te fortalecen y hacen que seas cada vez más humilde y ayudes así a quienes pasan por momentos difíciles y te piden auxilio al sentirse abandonados o estancados.
Por tanto, señores, anímense, porque tengo confianza en Dios y estoy seguro de que las cosas sucederán como el ángel me dijo.
Hechos 27: 25.
Confía en que las cosas sucederán como te las han profetizado los mensajeros de Dios, los ángeles que él pone en tu camino y que aunque el barco naufrague, Dios te dará un flotador para que no te ahogues, porque él no te deja solo en los momentos de dificultad, Él está al otro lado del mar diciéndote que camines sobre las aguas y no pierdas la fe.
Porque mientras estés con Dios y más importante aún, mientras confíes en Él sin importar nada, podrás cruzar el mar incluso con la marea alta, porque aún si caes y empiezas a ahogarte él te dará la mano y te sacará de allí, pero si mantienes tu fe intacta ni siquiera llegarás a tropezar, no te sentirás hundido en un abismo sin salida, no creerás que la adversidad que pasas es más poderosa que tú y saldrás avante, fortalecido y con muchos aprendizajes de aquel momento amargo.
¿Por qué voy a desanimarme? ¿Por qué voy a estar preocupado? Mi esperanza he puesto en Dios, a quien todavía seguiré alabando. ¡Él es mi Dios y salvador!
Salmo 42: 5.
No te desanimes, no desesperes, porque Dios es tu salvador y si tienes esperanza en Él nunca saldrás defraudado, no tienes que pasar angustias y preocuparte por lo que no puedes solucionar porque Dios te dará la sabiduría para resolverlo, siempre y cuando no te alejes de Él, ni desconfíes de su poder. Alábale siempre que puedas, ten tiempo para agradecerle por todo lo que te da, porque su misericordia es infinita y él te protegerá en todo momento.
Conserva la fe, no dudes que Cristo está contigo, no te hundas en el pesimismo, porque quien pierde la esperanza causa su muerte. Es tu actitud y falta de confianza en los dones que Dios te ha dado lo que te impide ver que el problema no es tan grande como crees y que estás en toda la capacidad de seguir adelante y ser feliz.
Así que mucho ánimo y confía en que todo saldrá mejor.
Que Dios te ilumine y te bendiga.
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