Estimados hermanos de Yo creo en Dios, que nuestro Señor derrame en ustedes todas las bendiciones de su corazón.
Hay épocas de nuestra vida, en las que las dificultades nos agobian por doquier, tenemos problemas económicos, no conseguimos trabajo, las dolencias de salud nos invaden o no tenemos éxito en el amor, por lo que solemos angustiarnos y entrar en depresión.
Es por eso que en esta nueva oportunidad, te traemos esta milagrosa oración a San Antonio de Padua, amado Santo de nuestro Señor Jesucristo, para que nos ayude a concebir ese milagro que tanto estamos necesitando en este momento.
Te invitamos a hacer esta oración durante nueve días seguidos, con toda la fe y el amor de nuestro corazón, para que este adorado Santo, muy pronto nos ayude a resolver todas nuestras necesidades.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Acuérdate ¡Oh, Glorioso San Antonio!, amigo del Niño Jesús, e hijo querido de María Inmaculada, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que ha recurrido a ti, implorando tu protección, haya sido jamás abandonado.
Por este motivo, animado y con confianza, en esta ocasión vengo a ti, oh fiel consolador de los afligidos y desesperados, gimiendo y llorando bajo el peso de mis innumerables errores y pecados, por eso, me postro ante tus pies, y como persona pecadora, me atrevo a presentarme ante ti.
Te pido que escuches esta mi oración, que no deseches mis súplicas, sino por el contrario, tú que eres tan cercano al Sagrado Corazón de Jesús, escuches mis ruegos y necesidades, y puedas transmitirlas a nuestro Señor, para que tenga misericordia de mí.
Querido San Antonio, hoy mi angustia es muy grande, vengo en soledad, en frustración por el desamor, con dificultades económicas, pues no he tenido un trabajo estable y duradero que me permita mejorar mi situación. También he tenido quebrantos de salud, que me han llevado hacia la tristeza e incluso hacia la depresión, pues siento que la desesperación me invade y no llega nada bueno a mi vida.
¡Oh bendito san Antonio!, tú que eres el más glorioso y el más admirable de todos los santos; él más gentil entre todos los apóstoles del Señor, tu amor por Dios, tu caridad por sus criaturas y tu afán por auxiliar a todos, te hicieron merecedor, cuando estabas aquí en la tierra, del don de los poderes milagrosos que te otorgara el mismo Dios.
¡Oh amado San Antonio! Sé que los milagros esperaban tu palabra, una sola señal tuya, y tú estabas siempre dispuesto a pedir por todos aquellos con problemas o ansiedades, por eso acudo con esperanza a ti, con la seguridad de tu inmensa bondad, para que me ayudes con esta gran necesidad que tengo y de la que necesito una pronta solución:
(Ahora cuéntale a San Antonio de Padua tus dificultades y pide bendita y poderosa ayuda para resolverlas).
San Antonio bendito, él más gentil entre los santos, tu amor por Dios y tu caridad por nosotros sus hijos, te hicieron merecedor cuando estabas aquí en la tierra, de recibir los dones del Espíritu Santo, para transmitir su palabra y sus bendiciones a los más necesitados.
También sé que estuviste dispuesto a escuchar a quienes necesitaban de tu palabra, tú siempre intercediste por aquellos con problemas y preocupaciones. Por eso, por tu inmensa bondad, te imploro me ayudes a disponer mi corazón, para recibir los dones que Dios por medio de su Espíritu Santo te concedió a ti y que tú pusiste al servicio de los más débiles y desesperados.
San Antonio de Padua, tú que recibiste la gracia de nuestro amado Creador, por tu vocación de servicio, concédeme un corazón humilde y sencillo, para poder escuchar a nuestro Señor, hacer su voluntad y ayudar a mi prójimo. Te pido que intercedas por mí y por mis seres queridos, para que no exista entre nosotros la envidia o el rencor y para que podamos seguir tu ejemplo de bondad a través de nuestras obras, pues no hay nada más grande que enseñar a los demás con nuestro propio ejemplo de vida.
Querido San Antonio, la respuesta a mi rezo en tus manos te la dejo, tú sabes que requiero un milagro urgente en mi vida, y por eso acudo en tu ayuda, pues tú eres el Santo de los milagros y por eso en ti confío y esperaré.
¡Oh gentil y querido Santo!, cuyo corazón siempre está lleno de compasión y de ternura humana, susurra mi petición a los oídos del dulce Niño Jesús, a quien le gustaba en sobremanera estar entre en tus dulces brazos, por favor te lo suplico, no me dejes sin respuesta, yo te oraré con gran fervor y por siempre tendrás la gratitud de mi corazón.
AMÉN. +
Ahora haz el Credo, tres Padre Nuestros, tres Ave Marías y tres Glorias.
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