Queridos hermanos de Yo Creo en Dios, este tiempo ha sido difícil para todos porque hemos tenido que dejar de vivir como veníamos acostumbrados, y hemos tenido que adaptarnos a nuevas formas de hacer las cosas a causa de esta pandemia y de los desastres que todo esto ocasiono en nuestros hogares, en nuestra salud, en nuestros negocios y en la economía en general del mundo entero.
Por este motivo, la invitación hoy es a permanecer en la oración y no desfallecer porque Dios nos levantará en victoria sobre cualquier mal que nos esté atacando, así como lo ha hecho en otras ocasiones con muchas enfermedades y dificultades que hemos tenido.
De igual manera cuando oramos por las ánimas del purgatorio ganamos su ilimitada gratitud, llenas de un inmenso deseo de pagar los favores que se han realizado por ellas, ruegan sin cesar a Dios por sus benefactores, lo hacen con un fervor tan grande y constante, que Dios en su infinita misericordia, no les niega nada de lo que le pidan.
Haz esta oración con buenos sentimientos, con mucha fe y pide a las Ánimas benditas que lleven tu petición al Padre Celestial, por imposible que sea, e insistan hasta que Dios la escuche.
Reza también tres Padrenuestros y diez Avemarías durante trece días consecutivos. Cada día tienes que hacer la oración por la mañana y por la noche y rezar los Padrenuestros y las Avemarías para ayudar a las Ánimas Benditas en su purificación hacia el cielo.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Padre eterno yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino hijo Jesús, en unión con las misas celebradas hoy día a través del mundo entero, por todas las benditas ánimas del purgatorio y por todos nosotros los pecadores.
Almas benditas, que sufren en el purgatorio conociendo sus anhelos, el amor que tienen a Dios y su gran deseo de llegar al cielo, les ruego que intercedan ante Dios hoy por mí, para que consigan pronto el remedio a las necesidades que me afligen y sobre todo, de llevar una vida cristiana y obtener una santa muerte algún día; yo también oraré sin cansancio por ustedes para que obtengan la misericordia de Dios.
Oh señor Jesús te imploro por las ánimas más abandonadas y olvidadas, y por las que nadie ruega ni ora, te suplico porque les permitas el descanso de sus penas y alcancen el perdón de sus culpas.
Mis Almas Benditas sabias y entendidas, a ustedes les pido que me asistan con sus rezos; por la sangre que derramó el Sagrado cuerpo de Jesús, les ruego que oigan mi petición y oren por mí que tanta necesidad tengo de superar estos malos momentos por los que estoy atravesando para obtener solución a mis dificultades; yo no puedo hacerlo sin ayuda divina, y ustedes son las más indicadas para llevar mis súplicas a Dios y obtener el auxilio Divino que me puedan brindar.
Mis Almas Benditas sabias y entendidas, les traigo esta solicitud, este gran deseo de mi corazón, esto que resulta imposible para mí, pero sé que ustedes pueden lograrlo; por el amor de Dios a sus criaturas les ruego, oren y alcancen esta gracia para mí:
(Menciona ahora tu petición con mucha fe y confía en las Ánimas Benditas, que te ayudarán en lo que pides por muy imposible que sea).
Almas Benditas, yo que soy su fiel devoto, divulgaré esta oración y daré a conocer el favor concedido para que recen por ustedes cientos de personas y puedan llegar lo antes posible al cielo para que gocen del descanso y la tranquilidad ansiada.
Almas Santas, almas pacientes, almas cautivas, rogad a Dios por nosotros, que nosotros rogaremos a Dios por vosotras para que el Señor os de su gloria.
Padre celestial, Padre Amorosísimo, que para salvar las almas quisiste que vuestro hijo unigénito tomara carne humana en las entrañas de una virgen purísima, se sujetase a la vida más pobre y mortificada y derramase su sangre en la cruz por nuestro amor. ¿Cómo dejarías sufrir largo tiempo en el purgatorio a esas almas, habiendo costado tanto a Jesucristo y siendo vuestras hijas amadísimas?
¿Cómo permitirías que fuese malograda sangre de tan gran valor?, compadécete pues de esas pobrecitas almas y líbralas de aquellas horrorosas llamas. Compadécete también de la mía, y líbrala de la esclavitud del vicio, y si vuestra justicia divina pide expiación por las culpas cometidas, yo os ofrezco todas las obras que realice en este tiempo.
Amado Jesús, míranos a todos vivos y difuntos, con ojos de compasión y has que celebremos un día tu misericordia en el eterno descanso de tu gloria.
Ánimas benditas, al ser finalmente liberadas de sus penas y disfrutar de la bendición del cielo, lejos de olvidar a los que les han dedicado sus oraciones desde la tierra, cuando estén frente al Altísimo, sigan rogando sin cesar por aquellos que las ayudaron mediante sus oraciones y protegiendo a los que consideran sus bienhechores de los peligros y problemas que los rodean.
Mi Señor Jesucristo, por piedad, protégeme con tus brazos, guárdame en tu Sagrado Corazón y que me guíen tus ojos. Oh Dios de bondad, tú que eres mi poderoso abogado en la vida y en la muerte, en la alegría y la tristeza, te ruego que atiendas mi humilde súplica por el descanso de las Benditas Almas del purgatorio, y que por tu bondad y misericordia, por tu amor y caridad, las libres de sus sufrimientos.
Te pido también que me protejas y me ocultes de mis enemigos, que teniendo ojos no me vean, manos no me agarren, pies no me alcancen y que cuando me vislumbren pierdan las fuerzas y las ganas de causarme mal.
Así de esta manera, con la fe puesta en Jesucristo mi Dios y Señor, confío se cumpla mi petición a las Benditas Almas, para que se haga realidad mi petición y alcancen a la vez, la gloria eterna al lado del Señor.
ASÍ SEA +
Ahora para complementar nuestra oración a las Ánimas Benditas, realicemos tres Padres Nuestros, y diez Ave Marías durante trece días consecutivos.
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