Apreciados hermanos de Yo creo en Dios, en ocasiones en nuestro diario vivir, nos vemos enfrentados a personas que sin tener una razón, nos cargan de envidias, e incluso se vuelven enemigos nuestros sin que lo hayamos provocado. Así mismo, en otros momentos, tenemos incluso que luchar en contra de problemas graves como las enfermedades, que llegan a nuestra vida sin razón alguna y solemos angustiarnos e incluso caemos en depresión.
Es por eso que en esta ocasión, te traemos esta poderosa oración al Arcángel San Rafael, para que nos ayude a alejar de nuestra vida, todos los males, los enemigos, las envidias y sobre todo las enfermedades que nos puedan atacar.
Te invitamos a hacer esta oración durante nueve días seguidos, con mucha fe y amor de tu corazón, con la seguridad, de que nuestra plegaria será escuchada por el Señor.
En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, amén.
Gloriosísimo príncipe celeste San Rafael, auxiliador eterno de los hombres, envía tus poderosos rayos tutelares sobre nosotros, indefensos humanos, envuélvenos en tus alas y refúgianos con tu amorosa y enérgica luz.
Arcángel del Señor, prodigioso San Rafael, caudillo de los ejércitos del Todopoderoso, emisario de la Divinidad, amigo de tus devotos, compañero de los caminantes, socorro de los afligidos, médico de los enfermos, refugio de los perseguidos, azote de los demonios, tesoro riquísimo de los caudales de Dios, con tu sabiduría y poder libéranos de todo mal.
Tú eres Arcángel Santo, bondadoso cuidador nuestro, y uno de aquellos siete nobilísimos espíritus que rodean al trono del Altísimo. Por ello y confiados en el grande amor que has manifestado a los hombres, te suplicamos humildes nos cuides y protejas, aléjanos de los peligros del alma y del cuerpo, de los enemigos que nos acosan, de los difamadores, de los traidores, ruines y envidiosos.
Aleja toda persona que nos lastime que nos dañe con sus malas palabras, con sus malas acciones, con sus malos ojos, aleja todo mal deseo, todo lo que pueda romper nuestra paz.
Arcángel San Rafael, medicina de Dios, te pedimos también, con todo el fervor de nuestro espíritu nos concedas salud ante la enfermedad, y nos des ayuda para salir victoriosos ante los dolores y padecimientos corporales, danos protección en nuestros caminos y defensa ante todo aquello que nos cause daño y desgracia, en especial tiéndenos tus celestiales manos para solucionar lo que tanto nos aflige y preocupa:
(Ahora pide con gran fe lo que se deseas obtener).
No dejes de escudarnos y preservarnos en todos los malos momentos, en todas las adversidades de la vida, y en todas las situaciones de peligro para nuestros corazones y vidas.
Por último te suplicamos nos acerques al trono y a la gloria de Dios nuestro Señor, pues sabemos que por medio de la gracia tú nos asistes y nos ayudas, y también por medio de ella, un día seremos tus eternos compañeros en la gloria celestial.
Así sea +
Ahora haz el Credo, tres Padrenuestros, un Avemaría y un Gloria.
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