Respetados hermanos de Yo creo en Dios, que nuestro Señor los llene de sus bendiciones y de su misericordia en esta nueva mañana.
Muchas veces nos la pasamos por el mundo extraviados, inmersos en las esclavitudes del mundo y perdidos en los pecados; a lo mejor no nos damos cuenta de todo lo que nos estamos perdiendo por culpa de estar alejados del Señor, y es por eso que hoy te traemos esta bella oración, para decirte que la vida es corta y que es mejor estar al lado de nuestro buen Dios, que es el único con el que podemos ser felices, gracias a que es eterno y misericordioso.
Te invitamos a hacer esta oración de manera reflexiva, poniendo nuestra vida en manos del Señor, para pedirle que nos dé toda su sabiduría y nos llene de su misericordia.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Dios Padre, Supremo Creador, que bello es despertar cada mañana y saber que me regalas un día más de vida. Gracias por tantas maravillas con las que me alegras la existencia, son impresionantes todas las bendiciones que me das, desde el solo hecho de respirar en adelante, sé que ya soy muy privilegiado.
Dios Padre todopoderoso y eterno, tú has sido siempre el bienhechor de la humanidad, piadoso y benevolente, incluso desde antes que crearas las montañas, de que formaras la tierra y el mundo entero, desde siempre y por siempre tú eres nuestro Dios.
Señor, tú eres el principio y el fin de todas las cosas, tú me creaste y me moldeaste a tu imagen y semejanza, tú me conoces y sabes que soy débil a la tentación, sin embargo, no me juzgas, ni me destruyes, sino que te acercas a mi vida como un padre bueno, y me susurras tu amor todo el día.
Por favor Señor, Dios Santo, no te canses nunca de invitarme a la conversión de mi ser, para que actúe siempre con prudencia y sabiduría. Bendito eres Señor, tú sabes que yo soy solo polvo y al polvo retornaré algún día, y hoy comprendo que en vano se cansa el hombre con tantas fatigas del mundo, por eso hoy quiero descansar en ti.
Por eso hazme saber Padre bueno, cuál es mi propósito sobre esta tierra, porque como forasteros y peregrinos en este transitar, somos como las sombras que en un momento están, pero que en seguida desaparecen, así como se fueron nuestros antepasados. Somos como el vapor que aparece por poco de tiempo y luego se desvanece; en cambio para ti mil años son como un día que pasa ligero, se acaba y se va como las horas en la noche, y por eso, nuestras vidas son tan cortas como un sueño del que nos despiertas cada día al amanecer.
Somos como la hierba que crece en la mañana y florece radiante en la tarde; pero al terminar el día, se seca, se marchita, se corta y se vota, así es nuestra existencia, así de rápida, como una estrella fugaz.
Te pido Padre Santo, que me ayudes a ver que me has creado libre, para que voluntariamente busque aquello que me ayude a crecer como persona, y te alabo, aunque equivoque constantemente el camino, pues tú me hiciste libre, y por eso te doy gracias, porque es un gran regalo; sin embargo, tú sabes que solo en mis fuerzas no lo puedo lograr, necesito de tu gracia y de tu bendición para hacer lo correcto en todo tiempo y en todo lugar y para ganar la salvación algún día.
Dios Padre, por favor no te enojes, ni me castigues en tu cólera, a pesar de que muchas veces soy desobediente, rebelde y hago la maldad que aborreces; porque si te enfureces Señor, ¿quién tendrá misericordia de mi?. Ayúdame Dios Santo a cambiar mis pensamientos impuros y a dejar de racionalizar todas las cosas, porque es allí donde me complico y me vuelvo una persona testaruda, por eso Señor, ayúdame a abandonar la perversidad y permíteme tener un corazón más grande y generoso, en especial te pido por esta situación que tanto me aflije:
(Ahora cuéntale al Señor tu problema o aflicción y pídele que actúe en tu vida)
Amado Creador, tú conoces mi fragilidad, y pones al descubierto mi pecado, aunque me empeñe en esconderlo y no reconocerlo; por favor ayúdame a tomar nuevos rumbos y a aprovechar las oportunidades que me ofreces cada día. Por tu infinita bondad perdona mis culpas, y seguro llegarán a mí todas tus bendiciones, y así podré dar buenos frutos y en abundancia, para no ser como los impíos, que son cortados y lanzados al fuego.
Dios mío, no permitas que sea una persona insensata y arrogante, porque los años se me van demasiado rápido de las manos, como se escapa un suspiro o un pensamiento que llega y se va; por eso ayúdame a retornar ahora mismo a tus caminos y a andar por tus sendas de amor y de paz, antes de que mi existencia se termine.
Si tú lo quieres Señor, podré vivir setenta, ochenta o más años, sin embargo, no tiene sentido vivir ese tiempo, si la vida se me va en solo trabajos, angustias o aflicciones, por eso Señor, hoy quiero conocer la alegría de vivir haciendo el bien de tu mano.
Señor, he tenido días de desesperación y de tristeza, y años en los que he vivido mal, pero tú me devuelves la alegría perdida en el corazón y me reconfortas con tu presencia. Permite que mis seres amados y yo, te sirvamos con humildad y lleguemos a tus caminos para quedarnos; aliéntanos a permanecer en tu amor y a ser testimonio de tu poder, y que seas tú luz la que nos guie.
Dios mío, por tu bondad, nunca me abandones y de mañana sáciame de tu misericordia, permíteme Amado Padre, comenzar el día lleno de tu generosidad, y terminarlo de igual manera, para cantar con alegría himnos y alabanzas a tu nombre que es Santo, grande y maravilloso, porque tú eres el Señor, Rey del universo y dueño de toda la creación por toda la eternidad.
ASÍ SEA +Ahora te invitamos a hacer el Credo, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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