Respetados hermanos, reciban todas las bendiciones de nuestro Creador en este nuevo día.
Si estás pasando por una situación difícil, si no has podido resolver tus problemas, o no has podido conseguir algo que anhelas con urgencia, hoy te traemos esta milagrosa oración a nuestra Virgen María Inmaculada, para que ruegues a ella por su auxilio y te conceda eso que tanto estás necesitando.
Recuerda que el papa Juan Pablo segundo, consagró a Roma y al mundo entero a nuestra Virgen María, madre inmaculada del Verbo hecho hombre, para que sea un faro de luz para toda la humanidad en todos los tiempos, y por eso debemos orar a ella.
Haz esta oración durante nueve días a forma de novena, con mucha devoción y amor, y deposita todas tus penas y anhelos en sus manos. Pídele que te reciba en su sagrado Corazón y te preste el auxilio que solo ella como madre sabe dar.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Santa María, llena de la Presencia de Dios, la más tierna herencia que nuestro Señor y Redentor nos dejó, hoy renuevo mi amor y verdadera confianza en ti, y siguiendo tu ejemplo, me someto a la voluntad del Padre.
Te pido inundes mi vida de esperanza y fortaleza, para que a pesar de las contrariedades y problemas nunca pierda la esperanza y la confianza en tu celestial amor y en la misericordia de Aquel que nos creó a su imagen.
Oh Señora, te ruego que cuando por diversas circunstancias veas que estoy padeciendo y no consigo cumplir mis metas, engrandezcas mi fe con tu inestimable auxilio y des sosiego a mi alma para que no pierda de vista lo Eterno para que no deje de poner mi mirada en Dios y agradecerle los bienes que a diario pone a mi alcance.
Oh Purísima Señora y Madre mía, llena de gracia y bendita más que todas las mujeres, Virgen singular, Virgen soberana y perfecta, elegida entre todas las mujeres para ser Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa y mancha desde el primer instante de tu Concepción, hoy con el corazón lleno de afecto, ante ti llego suplicante y con esperanza pido tu auxilio y compasión.
Dios te salve, dulce María, amada Reina mía, tú que eres Luz y consuelo e iluminas nuestros pasos, tú que eres dulcísima Madre de misericordia y que nos guardas bajo tu santo manto protector, ven a mí, socórreme y no me dejes padecer más.
A tus pies me postro implorando tu amparo madre nuestra, por favor, usa tu poderosa intercesión celestial y haz llegar a tu Hijo, mi Señor Jesús, esta humilde petición, ruégale que con su infinita bondad me ayude a salir de esta mala situación que me embarga, y por favor haz que encuentre alivio en mi angustia y que pronto vea felizmente solucionado los problemas que tanto me afligen y me hacen sufrir:
(Ahora dile con mucha fe a nuestra Virgen Inmaculada, lo que anhelas conseguir con su adorable intermediación).
Reina de los Ángeles y de los hombres, Reina mía, acepta con agrado mi alabanza y confianza, mi esperanza está puesta en tu amor maternal, sé que tú no me dejas pues siempre estás a mi lado y en toda ocasión quieres lo mejor para mí, por ello te dirijo esta plegaria con fervor y deposito en tus prodigiosas manos mis deseos, por favor alcánzame de tu Hijo lo que con fe pido y que sabes me es tan necesario, para tener paz para que mi vida esté llena de felicidad.
Oh Virgen Inmaculada, Madre del Verbo Eterno, madre sin mancha de pecado, Virgen digna de toda alabanza y adoración, hoy me acojo bajo tu cuidado y te pido seas mi refugio; sálvame de todo peligro, aléjame del mal, líbrame de las tristezas de este mundo y dame tu bendición, ¡Madre, ten misericordia de mí!
Mi hermosa intercesora, gracias por escuchar mis súplicas que te pido de corazón, te ruego ahora, por todos mis hermanos, en especial, por mis seres queridos y amados; consuélalos, acompáñalos, guíalos y protégelos, de toda enfermedad, de todo mal y peligro y de toda mal intensión del enemigo, para que sus vidas sean de bendición.
Finalmente mi amada Virgen Inmaculada, te suplico pidas a Dios que borre todas mis culpas, que olvide mis pecados, y que me conceda lo que con prontitud requiero, solo si es su santa voluntad y si es lo que conviene a mi vida.
Todo esto te lo pido, en nombre de tu hijo y nuestro Salvador Jesucristo, quién es Dios por los siglos de los siglos.
AMÉN
En este momento complementemos nuestra oración a nuestra Virgen Inmaculada, haciendo el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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