Adorados hermanos de nuestro canal Yo creo en Dios, que nuestra Virgen María los bendiga y acompañe en este nuevo día.
Si nuevamente estás pasando por problemas de salud, debido a enfermedades que atacan tu cuerpo, tu mente o tu espíritu, es momento de que pares con estos sufrimientos, y acudas rápidamente a la ayuda de nuestra amada Virgen María.
De esta manera, hoy compartimos contigo esta bella y milagrosa oración a nuestra Virgen de Fátima, para que nos brinde su intercesión, nos de su inagotable amparo, socorro y protección.
La Virgen de Fátima es invocada por los cristianos en todo el mundo para solicitar sus favores, es portadora de salud para los enfermos y son incontables las sanaciones que se han conseguido a través de sus milagros.
Es importante que hagas esta oración con mucha fe y esperanza, durante nueve días seguidos, o las veces que consideres necesario, con todo el amor de tu corazón refugiado en nuestra amada Virgen María, para que muy pronto, ella nos conceda el milagro que necesitamos y retorne a nosotros la buena salud de nuestro ser.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Oh Santísima Virgen de Fátima, por siempre adorada y venerada, que nos diste un bello mensaje cuando te apareciste a los tres Pastorcitos, para que creamos en Dios y fomentemos el amor, la unión, la constancia, la misericordia y la esperanza, entre nosotros tus hijos.
Hoy te saludo amada Virgen, con la ilusión de recibir de tus manos, el auxilio que necesito para alcanzar la sanidad que necesito. Bendita Virgen, tú en tu mensaje nos pediste que no dejáramos de orar, para así alcanzar la paz y la fortaleza, tanto en nuestras almas como en nuestro cuerpo.
Y por eso hoy acudo a ti con devota ilusión, porque te necesito más que nunca; por favor concédeme tu maternal protección y asistencia, hoy y en todos los momentos de mi vida, en especial en las horas amargas de la enfermedad.
¡Bendita seas amada Señora de Fátima! salud de los enfermos y consoladora de los afligidos, que movida por el insistente ruego de los pastorcitos, Lucia, María y Francisco, obraste ya prodigiosas y asombrosas curaciones en las apariciones que hiciste en el Santuario de Fátima, y ahora, con gran generosidad otorgas tus milagros en favor de todos los afligidos, doloridos y enfermos, asimismo yo te suplico que vengas a mí, pues tú tienes el poder de curarme de cualquier mal o enfermedad.
Hoy con total humildad amada Virgen de Fátima, te pido encarecidamente que escuches y atiendas mis súplicas, pues con mucha fe y esperanza, acudo a ti que eres generosa y amorosa madre nuestra, acudo a tu sagrado corazón maternal, para que medies por mí en estos momentos tan difíciles, y me sanes de esta enfermedad que padezco en este momento:
(Ahora cuéntale a nuestra Virgen de Fátima cuál es el mal del que sufres, y pide que obre un milagro en ti)
Poderosa Señora mía, te pido que intercedas por mí ante tu hijo, nuestro Señor Jesucristo, para que me alivies de mis congojas y dolores cuanto antes, que expulse esta enfermedad o mal de mi ser, para que pueda retornar a mí la dicha y el bienestar.
Dulce Señora de paz y luz, de amor y comprensión, echa sobre mí una mirada de compasión, pues yo confío en que hoy sigues obrando miles de prodigios, miles de milagros, sobre los que te buscan con afán y esperanza, solicitando con ardiente fe tus cuidados y protección.
Tú que a cada instante derramas cariñosa bondad sobre los que han rogado tu poderosa intervención, por favor ten piedad, no me abandones ni me olvides, sobre todo en estos momentos de angustia y de dolor por los que paso.
Por favor voltea tu mirada hacia este humilde servidor, que tanto precisa de tu ayuda y de tu intercesión, derrama tus compasivas gracias y favores sobre mi cuerpo que ahora está enfermo y haz que consiga salir cuanto antes de estos padecimientos, para que sane pronto de esta enfermedad.
Señora, reina, madre y amiga nuestra, refugio de los hombres por siempre, milagrosísima Virgen de Fátima, escucha con afecto mis ardientes súplicas y concédeme lo que con total seguridad te pido, pues deseo seguir junto a mis seres queridos, libre de toda aflicción y enfermedad, para vivir de manera feliz sirviéndote a ti y a nuestro Dios y Señor.
Dulcísima Virgen María de Fátima, madre de eterna misericordia, acógeme y cobíjame bajo tu celestial manto divino, dame tu luz y el gran favor de vivir eternamente con la bendición de tu hijo, nuestro amado redentor Jesucristo.
ASÍ SEA +
Hermanos, ahora con total devoción complementemos nuestra oración a nuestra Virgen María, haciendo el Salve un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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