No se mientan los unos a los otros, puesto que ya se han despojado de lo que antes eran y de las cosas que antes hacían, y se han revestido de la nueva naturaleza: la del nuevo hombre, que se va renovando a imagen de Dios, su creador, para llegar a conocerlo plenamente.
Colosenses 3: 9-10.
Tener una mentalidad abierta implica escuchar puntos de vista diferentes a los tuyos y aunque no estés de acuerdo, debes respetarlos, incluso puede ser que la forma de ver el mundo de otra persona aporte algo nuevo a tu vida y te facilite ser una mejor versión tuya cada día.
Como seres humanos es común que cada persona tenga una forma de percibir el mundo y lo que en este sucede, sin embargo, esto no significa que irrespetes a los demás o los agredas por pensar de forma diferente a la tuya, además es desagradable para Dios que nos comportemos como enemigos y no como hermanos.
Dios te ha revestido de amor para que actúes a su semejanza y disfrutes de la renovación a imagen suya, recuerda que Cristo murió por cada uno de los seres humanos sin hacer ninguna diferencia sin importar de donde fueran, el color de su piel o sus percepciones acerca de la realidad.
Ya no tiene importancia el ser griego o judío, el estar circuncidado o no estarlo, el ser extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.
Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan al pueblo santo. Revístanse de sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia.
Colosenses 3: 11-12.
No olvides jamás que a través de las diferencias puedes nutrirte de sabiduría y actuar según los mandamientos de Dios, aun así, parte de esta cualidad de tener mente abierta es valorar los conocimientos que pueden dejarte cada persona que pasa por tu vida o también un extraño, incluso si es de una religión diferente a la tuya.
Acuérdate que Dios en su infinito amor nos hizo semejantes a todos y eligió a cada uno para ser parte de su pueblo, adicionalmente Él no debe ser la causa de odios y rencores acumulados en tu corazón, menos si son por inconformidades con las creencias de los demás.
La religión y el creer o no, no pueden ocasionar divisiones entre los escogidos para ser parte del rebaño del Señor
Así ustedes serán hijos de su padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos.
Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿Qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así.
San Mateo 5: 45-46.
Porque el mismo sol brilla sobre cristianos, católicos, protestantes, ateos o cualquier forma de manejar la espiritualidad, es entonces el respeto y el amor a tu prójimo el que debe primar.
Dejar de lado los prejuicios por cómo actúa o piensa el otro y amarlo es un comportamiento digno de aplaudir y ser reconocido, ya que la gracia de Dios es más evidente en quien ama a quienes son diferentes y no a quienes opinan igual que tú.
Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿Qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así, sean ustedes perfectos, como su padre que está en el cielo es perfecto.
San Mateo 5: 47-48.
Mente abierta es estar libre de prejuicios, no pasar por encima de los demás, cooperar, no competir y amar sobre todas las cosas como Dios te ha amado, pero sin olvidar que al primero que debes valorar es a ti mismo, tener mente abierta también involucra liberarte de limitaciones y pensamientos que te hagan creer que no puedes o no debes.
Soltar el pasado y permitirte conocer nuevos horizontes, explorar sin límite alguno, siempre cuidándote de no hacer daño a otros y respetándote, hace parte de esa gran cualidad. Deja atrás los miedos y todo aquello que te impida ser feliz y alcanzar la perfección.
Con la lengua, lo mismo bendecimos a nuestro Señor y Padre, que maldecimos a los hombres creados por Dios a su propia imagen. De la misma boca salen bendiciones y maldiciones. Hermanos míos, esto no debe ser así.
Santiago 3: 9-10.
Más importante aún y sin desmeritar lo mencionado antes, la coherencia es un valor que esta cien por ciento en sintonía con la actitud de mente abierta, porque quien bendice y a la vez maldice está demostrando su falta de flexibilidad y la poca habilidad que tiene para cambiar y aceptar que hay creencias, opiniones y vivencias diferentes a las suyas.
Valorar la visión del mundo que tienen los demás es muestra de sensatez y sabiduría, esto evidencia que las palabras de Dios han sido escuchadas, comprendidas y acogidas por ti y que vives una vida semejante a la de Cristo y digna de ser conocida como perfecta.
Lo que te mantiene preso y triste es no lograr la felicidad que tanto anhelas, pero no te das cuenta que eres tú mismo quien no te permite alcanzarla. Porque como dijo -Franklin Delano Roosevelt- ¨Los hombres no son presos del destino, sino de su propia mente”.
Que Dios te ilumine y te bendiga.
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