Estimados hermanos de Yo creo en Dios, gracias por estar con nosotros un día más para adorar al Señor y pedirle su ayuda y bendiciones.
Hoy traemos a ustedes esta bella y milagrosa oración a nuestra amada Virgen María, la cual, mediante su amorosa intermediación, siempre está presta a brindarnos su poderosa ayuda, para lograr solucionar situaciones muy difíciles o casi imposibles de resolver, salvo por su bendita clemencia.
Es recomendable que hagas la oración durante nueve días seguidos, orando con devoción, con mucha fe, con toda esperanza y confía plenamente, en nuestra milagrosa Madre de Dios, que nos da su refugio, nos protege como dulce madre celestial, y sobre todo, nos ama tanto que por nosotros hace posible lo que a nosotros nos resulta imposible.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Oh María Santísima, obra maestra del Señor, destinada por la augusta Santísima Trinidad para ser la Madre del unigénito Hijo de Dios Padre. Sol sin mancha, pues fuiste concebida sin pecado original, en esta ocasión acudo a tus dulcísimas y amables manos, solicitando seas mi escudo, alivio y mi aliento en estos difíciles momentos.
Oh mi Señora de los imposibles, bendita madre universal, de quien brotan a raudales infinidad de favores. Tú que eres la más dulce y amorosa cuidadora nuestra, que cautivas nuestros corazones con tu ternura y amabilidad, sabiendo cuánto me amas, a ti llego con toda mi esperanza, para implorarte me hagas llegar tu prodigiosa ayuda, pues tú eres camino seguro entre mi corazón y mi Señor, tu hijo Jesús, y sé que estás pronta a consolar a quien te invoca, por eso hoy a ti me acojo, a ti me entrego sin reservas, pues tus brazos son los más propicios para recibirme y ofrecerme alivio y solución, especialmente cuando todo me parece perdido.
Santa María llena de amor, remedio de todos los males, Virgen poderosa, adornada con todas las virtudes, hoy te venero con el prometedor título de Nuestra Señora de los Imposibles, porque eres la Gloriosísima Madre de Dios, Virgen y Madre Inmaculada Concepción, privilegios que no se han asignado jamás a ninguna otra criatura, únicamente a ti.
Amorosísima madre, hoy llego a tus pies buscando tu amparo Celestial, pues nada soy sin el apoyo de mi Dios y sin el tuyo, mírame pues con tus benignos ojos y acude a mi llamada que con desespero te hago en este día.
Mi dulce y bellísima Señora, ¡oh Madre de divina bondad!, que con fulgor especial brillas en las Alturas y las llamas de tu caridad nunca se agotan, ilumíname, reconfórtame y dame tus favores; tú que consuelas y alivias a las almas que sufren, compadécete de mis angustias y dame tu celestial auxilio.
Madre Eterna, apelo hoy a tu grandísimo y buen corazón materno, para que ruegues por mí a tu misericordioso Hijo Jesús y a nuestro Padre Celestial, para que pronto llegue a mí el favor que tanto necesito.
Señora, Virgen venerada, pura y bendita por el poder ilimitado que Dios te concedió, te pido con humildad me concedas tu ayuda y mediación, en este favor que con toda esperanza y humildad deposito en tus dulces y benditas manos:
(Pide ahora con mucho fervor, lo que necesitas conseguir, por la intercesión de nuestra Milagrosa Virgen de los Imposibles).
Ahora pues, Señora de los imposibles, expón mis súplicas a tu misericordioso Hijo y consígueme lo que he solicitado fervorosamente, yo (di tu nombre), con todo mi amor e inclinado a tus pies, te doy gracias con toda mi alma y corazón, pues tengo la certeza de que mi sincera oración por ti, oh Madre, ha sido escuchada, y aunque lo que solicito es de muy difícil resolución, tengo la seguridad que sin duda, llegarán a tu Corazón mis súplicas, y rápido me enviarás el alivio y los consuelos que pido, pues jamás nadie salió defraudado al solicitar con humildad y sinceridad tus auxilios y favores, por muy complicados e imposibles que fueran.
Madre de los imposibles, dígnate a hacerme fuerte, derrama sobre mí tus gracias, sé tú mi mediadora y abogada por favor; ruega a Dios por mis necesidades y tristezas, ya ves que recurro a ti con toda mi esperanza implorando con ardiente confianza tu milagrosa ayuda y esperando en tu siempre amorosa protección. Haz que no me falte el amor verdadero, que la paz y la felicidad reinen en mi hogar y no carezca de trabajo, buena salud y prosperidad.
Madre, sé tú la alegría y amable reina de mi vida, te entrego mi persona y mis intereses temporales y eternos, acógeme en tu complaciente seno, no me sueltes de tu mano, no dejes de conducirme por los caminos de la fe y haz que con humildad y dedicación, sepa servir a nuestro Dios y Señor.
Madre de los imposibles, desde las alturas te pido que bendigas mi vida y hagas que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para estar unidos a ti y a ellos, por siempre.
ASÍ SEA +
Ahora con todo el cariño y con toda la fe de tu corazón, reforcemos esta plegaria a nuestra Virgen de los Imposibles, haciendo el Salve, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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