Queridos hermanos de YO CREO EN DIOS, gracias por acompañarnos nuevamente y que nuestro Señor todo poderoso, los colme de bendiciones.
En ocasiones nos sentimos agobiados por nuestros problemas y los del mundo en general, por las dificultades que tenemos que afrontar, pero al mismo tiempo, por todas las injusticias que pasan a nuestro alrededor, y que solo nos generan impotencia al no poder hacer nada.
Para esos momentos de angustia, hoy te traemos esta milagrosa oración a la Virgen María de Chiquinquirá, para pedirle su poderosa ayuda, para sanar nuestros corazones y para pedirle su santa intervención para ayudarnos a resolver nuestros problemas.
Te invitamos a hacer esta oración durante nueve días seguidos, con mucha fe y amor, con el convencimiento de que muy pronto vendrá la ayuda del Señor.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Santa Madre del cielo, Virgen del Rosario de Chiquinquirá, yo te invoco madrecita querida, ya que tú eres la abogada y refugio de los pecadores y consuelo de los afligidos. Virgencita linda llena de bondad, te pido que escuches esta humilde oración y le pidas a tu amado hijo Jesucristo, que por su misericordia me conceda la paz y la superación de todos mis odios y rencores.
Virgencita buena de Chiquinquirá, patrona de Colombia, alcánzame de tu adorado hijo el perdón de mis culpas y su auxilio en todas mis necesidades y en especial pídele que atienda esta sentida plegaria, que sobre la paz del mundo entero hoy realizo, y por la gracia con la que te ha revestido Dios, dame el consuelo y el alivio a mis penas y dolores si es tu voluntad.
Madrecita Santa endulza con tu presencia, mi amargura, mi tristeza y mi soledad y dame el ánimo de encontrarle buen sentido a mi vida, pues las dificultades y los problemas me traen en abatimiento, y es por eso, que hoy necesito de tu preciosa ayuda con este gran apuro:
(En este momento dile a la Virgen de Chiquinquirá tu dificultad, y pide su milagrosa ayuda)
Gloriosa Señora, Reina del cielo, aléjame de la tentación del mal, madre mía y enséñame el camino de la virtud. También muéstrame lo que es agradable a Dios, para no ofenderlo en mi actuar, ni con mis palabras, pues en ocasiones andamos como errantes y peregrinos por el mundo, sin luz, orientación, ni disposición. Mi adorada señora, hoy necesito tanto que me regales la esperanza y la fe para ser perseverante en hacer el bien, también guíame madre del cielo, para buscar siempre de las cosas de Dios y de su palabra.
Inmaculada señora de Chiquinquirá, dulce y eficaz consuelo, a ti elevo mi espíritu abatido, para que por tu hijo Jesucristo me preserves de la angustia, de las preocupaciones y de cualquier peligro, aléjame también de toda sombra de carencia y de todo lo que me impida prosperar y dar buen fruto, y por tu bondad dirígeme Madre Amada una mirada llena de amor y ternura, para tener un corazón sosegado, sereno y entregado a Dios.
Virgencita del Rosario de Chiquinquirá, tú que estás acompañada de San Antonio de Padua y el niño y del Apóstol San Andrés, acompáñame también en mi paso por esta tierra, para que pueda dejar huellas de amor y no de cicatrices, en las personas que están a mi alrededor, ya que tu vida me inspira, dame fortaleza en la debilidad y bríndame tu simpatía.
Virgen María, eres tú la gracia viva de Dios, fuente de bendición y de alegría, intercesora y ejemplo de sencillez y humildad, desde lo más íntimo de mi ser te pido que me ayudes a consagrar mi corazón a Jesús, para hacer siempre su santa voluntad, como lo hiciste tú mi bella señora, cuando le diste el sí, a nuestro Dios.
María Santísima, Virgen Soberana, gracias por mostrarme tu bondad y tu misericordia en tantas ocasiones en las que he acudido a tu generoso auxilio. Hoy Madre del cielo, solicito tu ayuda y te suplico que intercedas por mí ante el Padre celestial, para que me abra el entendimiento, me cambie este corazón de piedra, y me dé un corazón de carne lleno de amor y de caridad hacia mis hermanos más necesitados, haz que sea una persona generosa como tú lo eres Madre Bella, no me abandones nunca, pues en ti encuentro alivio, orientación y defensa.
Virgencita del Rosario de Chiquinquirá, mujer sabia y de dulcísimo corazón, amada Madre, tú siempre velas por el bienestar de nosotros tus hijos, hoy te pido Madrecita buena, por el bien de mi alma me concedas la fidelidad a Dios, enamorarme de él y de sus obras, y por favor dame sabiduría para hacer el bien en todo momento, a cada persona que me encuentre en el camino, para así dar testimonio de tu existencia en mi vida por siempre.
ASÍ SEA +
Ahora haz el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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