Queridos y respetados hermanos de Yo creo en Dios, que el Señor los ilumine y que bendiga a sus hijos, en este momento.
Todos nos preocupamos en muchos momentos de nuestra vida, por nuestros hijos, pues siempre queremos su bienestar, queremos que nada los pueda afectar negativamente, y que a través de los años se defiendan solos y se conviertan en personas de bien para Dios y para la sociedad.
Por eso te traemos esta milagrosa y poderosa oración a nuestro Señor, para pedirle que bendiga a nuestros amados hijos, que alumbre su caminar y que los proteja del mal de este mundo.
Ahora te invito a conectarte con el Señor, a ponerte a sus pies y pedirle con toda humildad, que les conceda todas las bendiciones a tus hijos, que perdone también sus pecados y que solo cosas buenas lleguen a sus vidas. Es importante que hagas esta oración durante siete días seguidos, con todo el amor de tu corazón, pensando mucho en tus hijos y en lo mejor para ellos. Recordemos que siempre será bueno estar al lado del Señor, pues es él quien puede brindarnos la protección y el amor, que siempre estemos necesitando.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Padre nuestro, en tu nombre sello y protejo a mis hijos (di el nombre de tus hijos) y te pido Padre, Señor Todo Poderoso, que siempre estés con ellos, que los guíes, ilumines y ampares de todo mal y peligro.
Señor, te suplico para que envíes la bendición de tu madre, la Virgen María y su esposo San José, a todos tus ángeles y arcángeles para que cuiden, protejan y bendigan a mis hijos (vuelve a repetir el nombre de tus hijos), que son lo más preciado y adorado que he tenido, en mi vida.
Custódialos Señor y aléjalos de cualquier mal y peligro que se presente en su día a día, y cubre todas sus necesidades para que puedan gozar de tranquilidad, de paz, de sosiego y de protección, por eso cuídalos por favor sobre todo en momentos de adversidad, donde el desespero y la ansiedad puedan llegar a ellos.
Padre mío, por favor guíalos en sus caminos y no permitas que hagan caso a los malos consejos, que no reciban ningún mal trato, ni nada que los hiera y pueda dañar su corazón, que es una de las cosas más preciosas y valiosas que nos has dado, para honrarte a ti y pensar más en nuestros hermanos de fe. Mi Dios, en tu nombre nuevamente, los sello y los protejo con el poder de la preciosa Sangre de Cristo, para que de esta forma estén protegidos ante cualquier accidente, evento, riesgo, peligro o catástrofe natural, que los pudiera llegar a afectar; sálvalos por favor de todo mal que quiera entrar en ellos.
Santo de los Santos, Dios de Israel y del mundo entero, tú que eres quien atiende nuestras súplicas, escucha las mías y a mis hijos, cúbrelos con tu manto sagrado, de todo mal, de todo peligro o dolencia física, psicológica o espiritual.
Mi Señor, en este momento quiero pedirte esto en especial que necesito hagas o le des a mis hijos, y que solo con tu inmenso poder se puede lograr:
(Dile ahora al Señor lo que deseas para tus hijos y pídelo de corazón)
Contigo Señor, los sello y protejo con el poder de la Sangre del Santo de todos los Santos, que derramó su sangre para nuestra redención de todo enemigo del cuerpo y también del alma; los pongo en tus manos Señor, para que cualquier entidad que quiera hacerles daño, sea controlada y sometida con tu santo poder.
Ahora acudo a ti, Señor de eterna misericordia, mi amado Jesús de Nazaret, por tu preciosa sangre derramada, valiente y generosamente en la Santa Cruz, te ruego limpies y purifiques a mis hijos (di nuevamente sus nombres en voz alta), selles su alma, su cuerpo y espíritu, su mente, su corazón y su vida, y que por medio de esta oración puedan reconocer que lo mejor de vivir, es entregarte la vida a ti para estar en paz con el mundo y con nosotros mismos.
Jesús, mi Dios bendito, en tus manos pongo todo el ser de mis hijos (repite sus nombres) para que seas tú quien guíes sus caminos y sus pasos; quien les brinde protección y muchas bendiciones, quien elija lo que es mejor para ellos, aunque no lo puedan ver, pero que tú en medio de todo te encuentres a su lado protegiéndolos y bendiciendo su camino y mostrándoles la luz de tu corazón.
Permíteles Señor que ganen todas las batallas contra el mal, bien sea espiritual o físico, hazte tu presente y hazlos invisibles siempre ante cualquier clase de peligro o dificultad.
Finalmente, Señor, te entrego a mis hijos, a (di sus nombres en voz alta) porque sé que en ti estarán seguros, Padre Todo Poderoso, hoy y por siempre.
Te lo pido por Cristo, nuestro Señor.
AMÉN
Ahora fortalezcamos nuestra oración por nuestros hijos, haciendo un Credo, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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