Apreciados hermanos, que el Señor los sane de todo mal y enfermedad en este nuevo día.
Hermanos, nuestro Señor ha puesto a nuestro servicio tal vez, la más grande y poderosa herramienta, para ayudarnos en nuestro día a día, a solucionar todos los problemas que llegan a nosotros, la del poder de la palabra.
No solo en el ámbito religioso, sino también el científico, está comprobado que el poder de la palabra es milagroso, pues con ella nos conectamos con el poder de Dios, que es el único capaz de obrar cualquier prodigio en nuestra vida.
Por esta razón en este momento, te invitamos a realizar esta increíble oración a nuestro Dios, para que encuentres con ella, la sanidad que tanto esperas, ya sea de tu cuerpo, de tu mente o de tu alma.
Realiza la oración con mucha fe y devoción, durante nueve días seguidos, en la mañana, en la tarde y en la noche, despacio, en un ambiente tranquilo, para que te conectes con nuestro Señor, y él obre en ti, el milagro que tanto estás necesitando.
Por la Señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Dios de eterna misericordia, dame en estos momentos, los dones del Espíritu Santo, sobre todo de sabiduría y entendimiento, para obrar en tu nombre Señor, y hacer realidad la sanidad que hoy deseo.
En este momento acudo a todas las potestades celestiales, para que me den de lo alto la conciencia, el poder de nuestro Padre Celestial, y su santa indulgencia, para poder curar en este momento cualquier enfermedad, del cuerpo, de la mente o del alma.
En el nombre de Dios Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, y en el nombre de su hijo Jesucristo, nuestro Salvador, expulso, desalojo y libero a mi cuerpo, mi mente y mi espíritu, de toda maldad del enemigo, de toda enfermedad, de todo padecimiento, sufrimiento, molestia, tormento, dolor, pena o sufrimiento, del que esté siendo víctima.
Tú me has dado Señor, el poder de pisar sobre escorpiones y serpientes, y por eso hoy, con todo tu poder, aplasto toda mala energía, toda célula maligna que haya invadido mi cuerpo, todo virus, toxina o veneno, que haya entrado en él y que me haya causado malestar alguno.
Señor, mantenme alejado de cualquier enfermedad que no me permita realizar mis actividades diarias, como gripas, diarreas, dolores de oído, de cabeza, de espalda, de cintura o musculares, que me ataque y no me dejen cumplir con mis obligaciones diarias, por favor destiérralas de mi vida.
En nombre de Dios, Santo sea su nombre, destruyo y elimino, toda célula maligna que esté en mi ser, extirpo cualquier tipo de cáncer, sea de próstata, de páncreas, de pulmón, de tiroides, de vejiga, de riñón, de mama, de hígado, de colon, cualquier leucemia, linfoma, o melanoma, que llegue a tener en mi cuerpo; por el poder de Jesucristo, hijo del Padre, destierro para siempre de mi vida, cualquier tumor, absceso, bulto, hinchazón, inflamación, úlcera, llaga o carcinoma, que haya atacado mi cuerpo, cualquiera de estas enfermedades, las ato a los pies de la cruz de Cristo, para que sean pisadas y destruidas por él.
Por tu poder mi Dios y Señor, curo a mi corazón de toda enfermedad, lo purifico con tu Santo Poder, limpio y depuro todas mis venas y arterias de toda contaminación grasa maligna, de todo colesterol; las destapo y depuro en tu nombre Señor, para que se purifique toda mi sangre y mi corazón restaure todo su bienestar, en nombre tuyo Señor, declaro que estará sano muy pronto, pues tú desde este momento comenzarás a curarlo.
De igual manera Padre Celestial, declaro serán sanados muy pronto, mi estómago, mi hígado, mis riñones, mis pulmones y en general todos mis órganos vitales, para que recupere por tu infinita misericordia, mi buena salud y mis deseos de seguir adelante cada día.
Así mismo, con la potestad que me has dado amado Dios, hoy dejo atrás cualquier enfermedad psicológica o psiquiátrica, la destruyo y echo de mi mente, sea ansiedad, depresión, cualquier tipo de trastorno, destructivo, del sueño, de alimentación o disociativo, de igual manera, cualquier trauma o disfunción que tenga o que intente atacar mi cerebro, las elimino en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Hoy Señor, por medio de esta gran oración, te pido que actúes de inmediato para sanarme de esta enfermedad de la que he venido padeciendo:
(En este momento con mucho fervor, cuéntale al Señor tu enfermedad y dile que te sane y la aleje de tu vida)
Tú eres poderoso Señor, y por eso desde este momento actúas en mi vida de manera eficaz, erradicando de mi ser, todo mal que haya entrado en mí, y cualquier ataque del enemigo que quiera hacerme daño.
Así mismo me protejo con la Sangre de Cristo, contra cualquier tipo de accidente, de automóvil, de motocicleta, de avión, o de cualquier otro vehículo en el que me transporte. También me protejo con la Sangre de Cristo contra accidentes en mi casa, en las escaleras, con vidrios, eléctricos, o de cualquier tipo que pudieran afectarme; igualmente de accidentes en mi trabajo, en alturas, con elementos peligrosos, sean gases, líquidos, o implementos que pudieran lesionarme; de la misma manera en la calle, de caídas o cualquier otro accidente, me protejo y me amparo con el poder de Dios.
En este momento, por el poder de Dios, destruyo todo ataque del enemigo, toda obra maligna que perjudique mi espíritu y mi alma, que intente alejarme de ti mi Dios y Señor; rechazo al demonio en mi vida y al pecado que es su obra, lo expulso porque Jesucristo habita en mí, y si él está conmigo, nada estará en mi contra.
Finalmente, aplico toda esta oración en mis seres amados, en el nombre de Dios los protejo, amparo, y libero de cualquier enfermedad que los esté atacando y los declaro en sanidad.
Mi Dios, gracias te doy por actuar en mi vida, gracias por darme tu poder y tus bendiciones, alabado sea tu nombre mi Señor; yo por mi parte, prometo serte fiel siempre y adorarte hasta el fin de mis días, cuando alcance las bondades de la vida eterna junto a ti, por siempre.
ASÍ SEA +
Ahora realicemos el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias al Señor, para recibir la sanidad de nuestro Padre Celestial.
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