Queridos hermanos, que nuestro Señor les conceda mucha sanidad en este nuevo día.
Todos hemos sido creados por nuestro Dios, como personas sanas y llenos de felicidad, sin embargo, los excesos, los malos hábitos, la contaminación, los problemas, el estrés u otros motivos, nos han llevado a sentirnos mal, a que las enfermedades físicas, mentales y espirituales, nos invadan y nos llenen de tristeza y de amargura.
Para recuperar nuestra salud y volver a tener buenas energías, hoy traemos a ti, esta poderosa oración a Jesucristo, nuestro Dios y Salvador, para que con su inmenso poder y misericordia, nos ayude a recuperar de todas nuestras dolencias y enfermedades, y podamos recuperar nuestras vidas.
Quiero invitarte a realizar esta oración con mucha fe y constancia, durante 21 días seguidos, con la firme convicción, de que muy pronto nuestro amado Jesús, curará todo nuestro ser.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Señor en este nuevo día acudo a ti con gran ilusión, para, como has dicho, me devuelvas la salud y me sane de mis heridas, ya que hoy vengo con el cuerpo desecho, con enfermedades y dolencias, con el alma herida, que se me ha hecho difícil sanar, y por eso hoy encomiendo ante ti y ante tu infinito poder, mi cuerpo, mi mente y mi espíritu, te pido que los repares y que los protejas de todo mal y enfermedad.
Te pido mi Dios, que me des fortaleza para afrontar cualquier prueba que me pongas, y que me mantengas siempre de pie y con mucha fe. Ilumíname con tu incandescente luz, envuélveme con tus manos sanadoras, enciende tu poderosa llama en mi corazón y aviva mi mente y todo mi cuerpo.
Te pido que alejes toda maldad de mi vida, que cures mis enfermedades y me mantengas en sanidad y fortaleza para que pueda disfrutar de las maravillas que me has dado. Padre amado, realiza un milagro de tu amor en mi vida y concédeme la salud del cuerpo y la paz en el alma, para que me libres de toda enfermedad y devuelvas las fuerzas, y de esa manera pueda servirte mejor a ti y a mis hermanos.
Señor, nadie jamás dijo que la vida sería fácil y ahora veo que debo afrontar demasiadas adversidades, mi alma se ha visto desgastada por los obstáculos y la paz que antes reinaba en mi poco a poco ha ido desapareciendo.
Ahora, solo soy capaz de hallar esa paz a tu lado mi Señor, por eso te pido que tomes mi mano y me arropes con tu manto curador, no permitas que pierda mi fe, no permitas que pierda la armonía, lléname de ti Padre, no me dejes en soledad.
La situación por la que estoy pasando, esta enfermedad me aleja de todo en lo que he creído toda mi vida, hace que me separe de todas las personas que me aman, pero sobre todo de mi Padre Celestial, por eso sé que solo una curación divina, podría hacerme recuperar todo lo que he perdido y tú hoy me lo puedes dar mi amado Jesús.
Ante ti Salvador mío me arrodillo y te imploro que intercedas por mí ante nuestro Creador, que me brindes la divinidad para poder continuar con mi camino, el camino que me llevará a tu reino. He sido víctima de la vida Padre, seguí en todo momento tus pasos, tu camino, pero la vida decidió sorprenderme con una prueba muy difícil, mi integridad física se ha visto lastimada y es casi imposible recuperarla, pero bajo tu manto, y de tu mano sé que podré superarlo. Yo siempre cuide de mí y ahora no sé qué hacer, no permitas que me derrumbe, sostenme Padre, ayúdame a levantarme una vez más para no volver a caer jamás.
(En este momento, con toda la fe de tu corazón, pon en las manos de nuestro amado Jesucristo, la enfermedad o dolencia por la que estás pasando, y pídele que te de la sanidad)
Cristo Jesús, en tu nombre yo impongo en este momento mis manos para que pases sanando toda enfermedad que haya en mí. Yo pongo mis manos en esa parte enferma; pongo mis manos en mi cabeza; pasa a través de mis manos ahora mismo; pasa con poder amado Jesús, pasa con fuego a través de mis manos, que quieren ser canales tuyos para curarme. Pasa Jesucristo, ahora mismo con el fuego del Espíritu Sanador a través de mis manos y sáname de cualquier mal ahora mismo. Sáname de verdad, derrama tu fuego curador de arriba abajo, mejora mi mente, mi corazón y todo mi cuerpo.
Señor actúa con poder en mí, te lo pido por la Sangre preciosa de tu Cruz, por tus Santas llagas, para que traigas solo sanidad y alegría a mi corazón. A ti que sabes mis problemas dificultades, hoy te pido que me des la paz que pide mi cuerpo, que enciendas tu poderosa llama sobre mi corazón y me libres de toda maldad.
Por el poder de la Sangre de Cristo, por el poder del nombre de Jesucristo, espíritu de enfermedad, cualquiera que sea tu nombre, yo te reprendo, yo te ato y te ordeno que te marches para siempre de mi cuerpo, de mi mente y de mi espíritu.
Mi Señor, tú que eres grande y misericordioso, hoy te ruego por la intercesión y con la ayuda de los arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel, que también mis seres queridos y amados sean liberados del maligno que los ha esclavizado.
Amado Dios, te pido que liberes mi ser de toda maldad, limpia con tus manos sanadoras todo mi espíritu, lléname de tu sabiduría.
En el nombre tuyo Poderoso Salvador y Dios Jesucristo, hoy decreto sanación y liberación sobre todo mi ser, porque tú eres el único que puede liberarme de todas las cadenas que me atan, y concederme la gracia eterna de estar a tu lado y al lado del Señor por siempre.
ASÍ SEA +
Ahora entreguémonos en las manos del Señor y hagamos el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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