Estimados hermanos de Yo creo en Dios, gracias por acompañarnos una vez más en nuestro canal, que nuestro Señor y nuestra Virgen María, los bendiga en este nuevo día.
La Virgen de la Medalla Milagrosa, es también conocida como la Medalla milagrosa de la Inmaculada Concepción. La Virgen de la medalla milagrosa tiene su origen en la manifestación de la Santísima Virgen a Santa Catalina Labouré ocurrida en París, Francia, en 1830. Recordemos que según las enseñanzas de la Iglesia Católica, el uso de los sacramentales, como esta medalla, prepara a las personas para recibir la gracia y disponer de ellas para cooperar con el misterio salvífico de Dios
La promesa de la Virgen, según la cual los que la lleven recibirán grandes gracias, exige de los fieles una adhesión humilde y tenaz al mensaje cristiano, una oración perseverante y confiada, una conducta coherente, no es sólo llevarla por llevar algo que me proteja.
La medalla milagrosa tiene en un lado la imagen de la Virgen, con la inscripción «Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti», y del otro lado la letra M entrelazada con la cruz y debajo los corazones de Jesús y María y alrededor doce estrellas.
Se detalla además el corazón de Cristo está coronado de espinas y el de María traspasado por una espada.
Hoy compartimos esta milagrosa oración contigo, para pedirle a la Virgen María, que nos ayude con esas situaciones que no hemos podido resolver, y que se nos han vuelto imposibles.
Te invitamos a realizar esta oración con mucha fe y fidelidad, durante nueve días seguidos, con la certeza, de que muy pronto tendremos la ayuda, de nuestra Virgen de la Medalla Milagrosa.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Dios te salve María, llena de gracia y bendita entre todas las mujeres, virgen soberana y perfecta, elegida para madre de Dios, no solo para tu dignidad y gloria, sino también para salvación nuestra y provecho de todo el género humano, hoy vengo a ti, con confianza y suplicante en esta ocasión, para solicitar tu ayuda como madre amorosa que siempre está dispuesta a socorrer a nosotros tus hijos.
¡Oh Santísima Virgen de la Medalla Milagrosa! yo te elijo desde ahora y para siempre, para ser mi madre, mi abogada y mi mediadora en todas las cosas de mi vida, tú eres la reina y señora de todas mis obras y mis acciones, y además eres mi protectora y auxiliadora ante la majestad de Dios nuestro Señor.
Yo te prometo virgen purísima e inmaculada, no dejar de amarte ni olvidarte jamás, pues eres la pureza de la creación, al haber concedido por gracia del Espíritu Santo, a nuestro Dios y Salvador Jesucristo, quien nos hace salvos por su gran amor y sacrificio, por eso es mi promesa, en nombre de Jesús, promover el amor que tú nos tienes, entre todas las personas que me rodean.
Inmaculada Madre de Dios y madre mía, que al darnos tu Medalla, te has mostrado dispensadora de todas las gracias del Cielo, en este momento, viendo tu imagen con los brazos abiertos, mi ser se siente seguro y protegido, y es por ello que recurro a tu bondad y amor, y pido tu poderosa intercesión para ser ayudado en este gran problema que me resulta imposible de solucionar por mis débiles medios:
(En este momento, abre tu corazón a nuestra Virgen de la Medalla Milagrosa, y dile cuál es tu problema y pide su urgente ayuda)
Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa, que te manifestaste a Santa Catalina Labouré, como mediadora de todas las gracias, te pido de manera humilde, que atiendas a mi plegaria. En tus manos maternales dejo todos mis intereses espirituales y temporales, y te confío en particular la gracia que me atrevo a implorar de tu bondad, para que la encomiendes a tu Divino Hijo y a nuestro Dios Padre, para que les ruegues concedérmela si es conforme a su Voluntad y ha de ser para el bien de mi cuerpo, de mi mente y de mi alma.
Eleva tus manos al Señor y vuélvelas luego hacia mi Virgen Poderosa, envuélveme en los rayos de tu gracia para que a la luz y al calor de esos rayos, me vaya desapegando de las cosas terrenas y pueda marchar con gozo en tu seguimiento, hasta el día en que me acojas en las puertas del Cielo.
Oh Virgen Inmaculada de la Medalla Milagrosa, derrama sobre nosotros tus hijos, las bendiciones que has prometido a cuantos honren tu Medalla. Benignísima madre de Misericordia, disipa con un rayo de tus manos todas nuestras tinieblas interiores; y ayúdanos y guíanos en nuestros complicados caminos.
Amorosa Virgen, haz que tu medalla sea un escudo invulnerable para nuestros cuerpos y para nuestras almas, y que nos ayude a vivir la vida de la gracia.
Recíbeme Madre tierna desde este momento y se para mí, el refugio en esta vida y el sostén a la hora de la muerte.
Oh Virgen, Madre de Dios, Inmaculada María, nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, hoy junto a mi familia, nos ofrecemos y consagramos a ti. Que esta Medalla sea para cada uno de nosotros, prenda del amor que nos tienes, y nos recuerde nuestros deberes para contigo. Que siempre que la llevemos física o espiritualmente, nos bendiga tu amorosa protección y nos conserve en la gracia de tu Hijo.
Oh Virgen poderosa, mi amada y sagrada Virgen María, gracias te doy por dedicarme estos sagrados momentos, por darme la gran esperanza de poder solucionar el problema que hoy he puesto en tus manos; desde este momento me lleno de gozo y felicidad, al saber que muy pronto se hará posible, gracias a tu poderosa gentileza, gracias a tu Santa intercesión ante el Señor, pues sé que me amas y que si es por mi bien y el de los míos, muy pronto me concederás lo que con ansias espero y deseo.
Finalmente, te pido que siempre estés a mi lado, que me guíes, me ilumines y me bendigas, para de esa manera tener una vida plena y la esperanza de una vida eterna, al lado del Señor.
ASÍ SEA +
Ahora consagrémonos a nuestra Santa Virgen, haciendo el Salve, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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