Queridos hermanos de Yo creo en Dios, que el Espíritu del Señor los ilumine y bendiga en este nuevo día.
En numerosas ocasiones solemos pasar por dificultades, estar dispersos, desubicados, o nos llenamos de cargas y energías negativas que nos causan incluso graves problemas, lo que nos lleva a estar irritados, a la tristeza e incluso a la melancolía.
Para esos espinosos momentos, hoy traemos a ti, esta milagrosa y poderosa oración al Espíritu Santo de Dios, para que ilumine nuestra vida, nos bendiga y a la vez, para que expulse todo lo negativo de nuestro ser.
Realiza ahora mismo esta bella oración, durante siete días seguidos, con mucha fe y humildad, con la confianza, de que nuestro Santo Espíritu, vendrá muy pronto en nuestra ayuda, y cambiará nuestra vida para bien.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Espíritu Santo, viento que soplas en los corazones humanos, tú que te hiciste presente en la anunciación, llevaste a Jesús al desierto, lo cubriste en el río Jordán y le acompañaste en la oración, por favor hazte también presente esta mañana en mi vida, pues yo vivo deprisa, una vida en la que hay muchos ruidos, compromisos, urgencias, necesidades, y tengo que aceptar que le he dedicado muy poco tiempo para estar con Dios.
Bendito Espíritu, ayúdame a entender que la vida consiste en vivir en Cristo, con Cristo y de Cristo; yo necesito que me des tus bendiciones Espíritu de Dios, porque estar cerca de Jesús es lo que anhelo con todas mis fuerzas.
Hálito de Dios, hoy abro mi corazón a ti y elevo mi mirada al cielo, concédeme la gracia de no dejarme vencer por las seducciones del mundo y tener un sentido trascendente de la vida, concédeme la gracia de seguir cada día de manera fiel y coherente, los pasos de Jesucristo, de ser capaz de interiorizar y vivir su Palabra y de darle sentido en lo cotidiano de mi vida en su Evangelio.
Hoy abro mi corazón a ti, Dios bueno seducido por tu amor y por tu misericordia, dale flujo de alegría y de paz a mi corazón, porque quiero ser capaz de relacionarme con la naturaleza y la humanidad tal y como hizo nuestro amado Redentor.
Bendito seas Santo Espíritu, escucha mi voz, escucha mis ruegos, agradecido estoy por este nuevo día, por haberme regalado un día más en mi vida, por favor protégeme, cuídame, ampárame de todo peligro y en especial te pido que me ayudes a resolver esta situación que hoy tanta angustia y problemas me ha generado:
(Cuéntale en este momento tu problema o angustia al Espíritu Santo y pídele que te ilumine, te tranquilice y te ayude a solucionar lo que te atormenta)
Elevo hoy mi súplica hacia ti, Espíritu Santo bueno y misericordioso, yo te ofrezco mi vida, para que hagas de ella un instrumento de tu amor para los demás, hazme una persona caritativa, servicial, entregada y generosa, un ser amoroso que se entregue por los demás empezando por los más cercanos a mí, para que sientan tu presencia y reciban tu bendita misericordia.
Espíritu Santo, espíritu consolador y de amor, yo soy una persona frágil, pero por medio tuyo Dios derrama su amor, su fortaleza, su bondad y sus bendiciones en mí, y me permite sobrellevar los obstáculos que la vida me pone.
Poderoso Espíritu de Dios, ayúdame a discernir todas las veces que tenga que tomar decisiones en mi vida, que no me oprima el temor a equivocarme, que no me de miedo el futuro, o los nuevos retos que vengan, concédeme la gracia de decidir según la voluntad de Dios, pues sé que él siempre quiere lo mejor para mí y para los míos.
Espíritu Santo, dador de vida, tú conoces mi vida, sabes de mis debilidades y flaquezas, sabes de mis desaciertos e infidelidades, de mis defectos y virtudes, por favor haz que crezca en mí la fe, la fortaleza, el amor, la generosidad, el arrepentimiento, la bondad, la caridad y la esperanza, para que la seguridad crezca en mí, para ver las cosas buenas en los demás, y de esa manera me alejes de la crítica, de las murmuraciones, y de todo con lo que pueda hacer daño a los demás y sobre todo a mí mismo.
Saber que estás a mi lado, serena mi corazón, me llena de seguridad, me da fuerza para vivir con más ánimo, por eso ven siempre a mí Espíritu de Dios, conviértete en mi escudo, en mi protector, en mi fortaleza y en la paz que anida en mi corazón.
Espíritu bueno, no permitas que tropiece con la misma piedra, que resbale siempre en el mismo peldaño, mantente siempre a mi lado guardándome con tu sombra y enviando tu aliento sobre mí, haz que sea capaz de percibir tu presencia, de oler la suavidad de tu ternura y de tu amor, de percibirte cada día en mi vida para ser entonces yo dador de caridad, de amor, de generosidad, de servicio, de humildad, de sencillez y de misericordia.
Señor, tú lo abarcas y lo cubres todo, y yo pequeño y frágil no soy nada sin ti, pero sé que tú estás siempre acompañándome, allí donde vaya, y eso es motivo para amarte, agradecerte y glorificarte. Gracias Señor por tu amor, me has dado la libertad, ayúdame a utilizarla bien; me has dado virtudes, ayúdame a contribuir al bien; permite que todo cuanto haga cada día sea para vivir de la manera que esperas de mí.
Gracias Señor, por creer que puedo transformar mi corazón, mi alma y todo mi ser; bendito seas Espíritu Santo por siempre, digno de toda alabanza y bendición, me dispongo en este nuevo día, a comenzar de nuevo mi plan de santidad fortalecido por la creencia de que confías y crees en mí, dame por favor lo que en esta oración con amor te pido, ayúdame a liberar todo lo negativo de mi ser, y a que en mi vida solo entren solo cosas positivas, te lo pido en nombre de nuestro amado Salvador Jesucristo, que es Dios y vive entre nosotros, por los siglos de los siglos.
AMÉN +
Ahora finalicemos nuestra plegaria entregándonos al Espíritu Santo, haciendo el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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