Apreciados amigos de Yo creo en Dios, gracias por acompañarnos una vez más y que Dios llegue hoy a todos nuestros corazones.

Constantemente estamos en sufrimiento debido a nuestros pecados, pero sobre todo al de la soberbia, que sin darnos cuenta, nos hace creernos muchas veces, más que los demás y nos lleva incluso a pasar sobre ellos, sin darnos cuenta que los estamos afectando o hiriendo y por ende estamos ganándonos su desprecio.

Es por este motivo, que hoy te traemos esta milagrosa oración de la mañana, para pedirle a nuestro amado Señor Jesús, que toque nuestro corazón y nos permita desterrar de nuestro ser, este horrible pecado, el cual afecta de manera grave nuestra vida.

Te invitamos a hacer esta oración con mucha fe y amor, pidiéndole a nuestro Señor Jesús, que actúe en nosotros y se lleve de nuestra vida este gran pecado.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Amado Salvador, Jesucristo bendito, gracias te doy por este nuevo despertar, por este hermoso día que comienza y por todas las maravillas con las que revistes la faz de la tierra, las cuales has dispuesto para mí y para toda la humanidad.

Hoy nuevamente vengo ante ti, para suplicarte de rodillas que me sanes de la soberbia y de la arrogancia y si es tu voluntad me regales la gracia de ser humilde, dócil y obediente a tus mandatos, no permitas que me ahogue en mi orgullo, Dios mío, Señor mío, Redentor mío, permíteme un arrepentimiento sincero y de corazón para poder abandonar este horrible pecado y no permitas que mi alma se cierre a tus bendiciones oh Dios mío.

Señor, ayúdame a confrontar mis pecados y a buscar la sanación interior de mi alma, a desear abandonar sobre todo la soberbia porque tú dices en tu palabra, que debemos actuar con dulzura en todo lo que hagamos, pero mi arrogancia supera mi entendimiento y no me permite contemplar tu poder y tu magnificencia. Yo deseo alcanzar el favor de tu misericordia y atender tu dulce voz, pues el hombre de corazón obstinado mal acaba, acumula sus fatigas y se cansa en vano y el que ama este pecado tristemente sucumbe.

Mas el hombre prudente medita en la palabra de Dios, Señor mío ayúdame, te necesito de verdad, pues la soberbia es odiosa ante tus ojos y ante los ojos de las demás personas, porque enorgullece el corazón y lo destruye. Si yo soy polvo y ceniza, en vano es mi vanidad, porque todos un día también moriremos, así que no permitas Padre Amado, que me aleje nunca de ti, ayúdame a ver mi error, ilumíname para acudir a ti sin vacilar y obtener de tus manos la sanación y liberación de este y todos mis pecados.

Señor Jesús, arranca de mi la soberbia y el orgullo y en su lugar planta en mí un corazón  sencillo y manso, te necesito Dios mío, no me abandones, ni dejes que la arrogancia me consuma, pues es mala consejera y trae consigo violencia y destrucción. Hazme como la Santísima Virgen María, sierva tuya, quien es humilde y dócil a ti, para que pueda yo alabarte, bendecirte y sobre todo dar buen fruto.

Aléjame Dios mío de la soberbia, de la insolencia y del orgullo, e inspírame a tener un corazón tranquilo y obediente a tus preceptos y a tu mandatos; domina mi carácter y apacigua mis ínfulas de grandeza o superioridad, arranca de mi vida la maldad, la rebeldía, la desobediencia y mi autosuficiencia, dame una actitud de sumisión ante ti Padre Santo, que sabes lo que le conviene a mi alma cansada y abatida por tanta rebeldía.

Señor, este orgullo que tengo no me permite ver tu hermoso rostro y me impide reconocerme como una persona pecadora, ayúdame Dios mío, pues solo tú puedes salvarme y sanarme de este gran pecado. Socórreme para aceptar tu corrección y tu voluntad en mi vida, porque tú siempre quieres el bien para mí, porque me amas, porque soy tu creación. Mi soberbia Señor Jesús, me lleva a prescindir de tu auxilio y a creerme el Dios de mi propia vida, me hace sentirme superior a cualquier persona, y es por eso que me equivoco constantemente y caigo en sufrimiento y en desgracia.

Líbrame Padre Amado de la maldad de mi pecado por tu bondad, pues hoy reconozco mi error, ayúdame, gobiérname y guíame hacia la verdadera conversión y no me dejes sin tu poderoso auxilio, pues durante mucho tiempo, he sido una persona insensata y terca, pensando que solo yo tenía la razón en todo y por eso muchas veces no he podido pedir perdón por mis errores y por mis equivocaciones.

Señor, sé que la soberbia es la fuente de toda vanidad, vanagloria, ostentación, rencor, violencia y prepotencia, y ya no quiero herir a nadie más a causa de mi pecado, ayúdame a ser humilde y a salir de esta falta tan grande, ayúdame a alejarme de este error por favor mi Dios apiádate de mí, tu que lo puedes todo, ten compasión de mí alma, pues deseo cambiar y cortar de raíz este pecado.

Mi buen Jesús, el odio y el resentimiento son los frutos de la soberbia, pero los frutos del amor son el perdón, la entrega desinteresada, la humildad y la misericordia, ayúdame a no juzgar, ni a condenar a nadie y de esta manera tampoco nadie me juzgará, ayúdame a perdonar y también recibiré el perdón y ayúdame a amar, para recibir tu gran amor.

(Entrégale a Dios este sufrimiento o este pecado con el que hoy vienes y pídele que te ayude a cambiar)

Permíteme Padre amado, reconocerme pecador y descansar en tu amor, ayúdame a entregarte mis cargas, mis frustraciones y fracasos y a no creerme como una persona que lo merece todo sin hacer nada, pues eres tú el que nos das todas las cosas y bendiciones y así mismo si quisieras nos las puedes quitar. Guíame para confiar en tu misericordia y enséñame a amar como tú lo haces conmigo, aún sabiendo de mis múltiples errores.

Soy una persona necia Dios mío, apiádate de mí y llévate mi soberbia y mi vanidad, que es la raíz de todos mis males, no permitas que me prive de las riquezas espirituales y de tu infinito amor, pues deseo salir de este engaño y prepotencia, deseo abandonar lo absurdo de mi pecado para que mis cimientos sean la sencillez y la pureza de corazón.

La soberbia me ha llevado a imponerme, a fracasar una y otra vez, a discutir, a despreciar, me ha llenado de prepotencia, altanería, egoísmo y desgracia, por favor Dios mío, no me excluyas de tu piedad, no me dejes Señor en el seol de mis culpas, ni seas indiferente a mis súplicas.

Señor, el orgullo solo me ha dejado un profundo dolor y soledad, vanidad, ceguera y poca sensatez, constantemente con mi forma de ser, le he hecho daño a otros, pero sobre todo a mí, por eso ayúdame a ser una persona solidaria, equitativa, a actuar con justicia, amor y respeto, y también ayúdame a dominar mis pensamientos y sentimientos y a aceptar mis errores cuando me equivoque. Escúchame Señor Jesús y limpia mi corazón y mi actuar de la maldad, regálame la gracia de abandonarme a tu clemencia y líbrame si es tu voluntad de esta esclavitud.

Protégeme mi Dios y corta de mi vida todo lo que esté mal en mí, ya que no quiero sufrir más ni ofenderte con mi actuar, ayúdame porque tú eres el único que puede sanarme, tú eres un Padre fiel y justo, y sé que no me dejarás de ahora en adelante, ni un solo instante de mi vida.

AMÉN +Ahora te invitamos a hacer el Credo, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.