Amados hermanos de Yo creo en Dios, que el amor y la protección de nuestro Padre Celestial, estén en esta mañana con ustedes.
Comúnmente solemos tener muchos tropiezos en nuestra vida, que nos llevan a situaciones difíciles y desesperadas, pues no somos capaces de resolver nuestros problemas y dejamos que se acumulen, llevando nuestra vida a un laberinto sin salida, por lo que solo nos resta, el acudir a nuestro Dios y Salvador Jesucristo, para pedir su inmediata ayuda.
En esta y todas las mañanas que precises, dile al Señor, que necesitas con urgencia de él, que deseas que esté presente en tu vida, dándole un nuevo sentido y guiándote con amor en cada momento, para que puedas retomar el control de tu vida y renacer nuevamente a un mar de posibilidades.
Recuerda hacer la oración en las mañanas, durante siete días seguidos si tienes alguna necesidad en especial, con el convencimiento de que el Señor acudirá a tu llamado muy pronto.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Amado y misericordioso Jesús de Nazaret, te saludo en esta hermosa mañana, para decirte que ¡Necesito de ti Señor!, con mucha urgencia, con desespero, pues mi vida en este momento está llena de caos, no sé bien hacia dónde voy, no sé cuál es mi propósito real en este mundo, pues me siento desubicado.
Mi amoroso Salvador, son muchos los días y las noches en las que divago, en las que me siento perdido, pues no sé, ni tengo ánimo para resolver mis problemas, no sé cómo afrontar muchas de las situaciones que se me presentan a diario, por lo que cada vez en vez de avanzar, me lleno solo de dificultades, las cuales vuelven mi vida mucho más difícil de llevar, por eso “Necesito de ti Señor”.
(En este momento y de todo corazón, dile al Señor el por qué necesitas de él y pide su generosa ayuda)
Bendito Jesucristo, no quiero seguir viviendo de esta manera, no deseo que mi vida solo sea un mar de sufrimientos, de tristezas o desengaños, por eso hoy quiero despertar, hoy quiero sacudirme de todas las cosas malas que llegan a mi vida, quiero lanzar lejos de mí toda iniquidad, injusticia, atropello, perversidad, envidia o mala intención que alguien tenga contra mí, pero solo lo lograré si tú estás conmigo, si tú me acompañas y me llenas de tu amor y de tu fortaleza infinita, para que comience a transformar mi vida para bien.
Quiero también mi Señor, que cambies mis pensamientos, que los renueves por mejores y buenas ideas, haciendo que me convierta poco a poco, en una persona muy positiva, llena de esperanza, de ilusión, con deseos de vivir dignamente y con la suficiente confianza para darle un gran giro a mi vida personal y familiar.
También deseo mi Dios, que transformes y fortalezcas mi pobre corazón, pues ha sido lastimado en muchas ocasiones y por momentos se ha vuelto un corazón de piedra, que pasa de creer demasiado en falsas promesas o ilusiones, a no tener amor por nada ni nadie, por lo que necesito que intervengas muy rápido en él, equilibrándolo, llenándolo de tu bendito y celestial amor, para que nuevamente sea armonioso y pueda volver a creer en los demás, dar y recibir amor, para el bien de mi ser.
Señor, yo necesito de ti, porque sin ti no soy nada, porque te necesito para respirar, para vivir y para que todo en mi vida, funcione como es debido, como tú lo has planeado. Sé que durante mucho tiempo estuve lejos de ti, y con pena tengo que confesar que me equivoqué, que solo la desdicha, el desamor, la tristeza y la pobreza llegaron a mi puerta, pero sé que de ahora en adelante, contigo en mi vida, todo cambiará y todo mejorará muy pronto.
Finalmente mi amado Señor Jesús, quiero también pedir que tengas misericordia de las personas a las que amo, pues ellos también necesitan de ti, ayúdales por favor a que comprendan, que contigo las cosas son mucho mejor, a que solo estando contigo, sentimos que nuestra vida es plena, que las cosas mejoran siempre que acudimos a ti, pues tú eres el camino, la verdad y la vida, y si ponemos nuestra vida en ti, tú nos llenarás de tus bendiciones y nos darás lo que realmente necesitamos para estar bien.
Alabado eres Señor Jesucristo, alabado es nuestro Dios, Padre Celestial que envió a su único hijo, a dar testimonio de la vida eterna y a salvarnos de todo pecado, bendita es tu madre, nuestra amada virgen María, la cual dio su vida por ti y por nosotros, adorado el Espíritu Santo que viene de ti y habita en nosotros, te doy gracias infinitas por escuchar mi plegaria y espero que siempre estés conmigo, pues yo toda la vida necesitaré de ti.
AMÉN
Ahora demostremos a Jesús que necesitamos de él, haciendo el Credo, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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