Queridos hermanos de Yo creo en Dios, acompáñennos en este nuevo día, a dar gracias a nuestro Creador por todas sus bendiciones.
Con frecuencia se nos olvida que Dios ha sido generoso y al extremo bondadoso con nosotros y a menudo solemos pensar que todas las cosas buenas que nos pasan, es porque hemos sido buenos y que hemos hecho las cosas muy bien, pero debemos de saber, que esto no hubiera sido posible, sin las bendiciones y ayuda de nuestro Dios y Señor, quien siempre está pendiente de nosotros para prestarnos su divino auxilio.
Es por ese motivo que en esta ocasión te traemos esta bella oración para que no se nos olvide que la misericordia y la gracia de Dios han permitido todas estas bendiciones en nuestras vidas.
Te invitamos a hacer la oración todas las mañanas, para pedirle a Dios que nos enseñe a ser agradecidos por todo el bienestar que nos ha proporcionado y que nos ilumine para ser generosos con nuestros hermanos de la misma forma como él lo ha sido con nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Amado Dios tú eres la razón de mi ser, por favor no permitas que me olvide nunca de ti, no permitas que me aleje de ti, pues eres tú quien me ha liberado de mis esclavitudes y me has sacado de mi egoísmo. No permitas Señor que yo caiga en la tentación del orgullo, la vanagloria y la presunción, pues eres tú Jesús quien me lo ha dado todo, y por eso te doy gracias, por el inmenso amor que siempre me has tenido.
Bendito Jesús, no dejes que mi sed de reconocimiento y de riqueza me alejen de ti, que mis proyectos y mis planes me alejen de ti; no permitas que el bienestar o la posición que hoy tengo, por ningún motivo me separe de ti, o que solo me acuerde de ti en los momentos de tristeza, soledad, angustia o desesperación, por favor no permitas que mi sed de protagonismo me confunda y no me dejen ver las bendiciones que a diario me das.
Señor, siempre he acudido a ti cuando he necesitado de tu ayuda, pero usualmente se me olvida darte gracias por todo lo que me has dado, y pienso que me lo he ganado todo por mi capacidad y mi esfuerzo; la verdad me he sentido muy merecido, y he pensado que todo ha sido gracias a mi habilidad, a mi constancia y disciplina, pero hoy reconozco que todos estos dones que me das, provienen de tu gracia y de tus bendiciones.
Es por eso que hoy te digo: gracias Señor Jesús, porque eres tú quien me has guiado en mi camino, me ha sacado de mis ataduras, de mis vicios, y me has librado de las manos de mis enemigos. Solo tú Señor, me has dado todo cuanto hoy tengo, mi vida, mi salud, mi familia, mi trabajo y el bienestar que hoy poseo, tú eres quien provee mi casa con amor, con protección, ternura, alegría, alimento y todo cuanto hoy tengo.
(Si tienes algo en especial para dar gracias a Dios, díselo en este momento)
Solo tú Señor, me has alejado de la nostalgia, de la aflicción, de la tristeza, del odio, de la envidia, y de todos aquellos errores que me esclavizaban en el pasado. Ha sido tu misericordia Dios mío, la que me ha librado de mis adversarios, pues me has auxiliado cuando he estado en tribulación, amargura o sinsabor. Solo tú me has sacado de mis penas, de mis angustias y siempre me has levantado.
Eres tú mi Dios quien me acompaña, me cuida y me libra del peligro, me alejas de la destrucción y del mal, y por todo eso yo hoy te doy gracias, porque a menudo se me olvida mi historia y de dónde me has sacado Señor, se me olvida agradecerte por las bendiciones que de tus hermosas manos recibo a diario, y por eso te pido que no dejes de alimentarme con tu palabra de amor, de protección y de paz.
Divino Maestro, oriéntame para que reconozca toda la bondad y amor que has tenido conmigo, pues solo tu presencia me llena a plenitud y satisface mis necesidades espirituales y de paz. Te suplico Señor Jesús que fortalezcas mi alma, me protejas y me orientes, me sigas dando bienestar, sosiego y refugio seguro.
Amado Dios, permíteme experimentar tu saciedad y si es tu voluntad regálame tu Espíritu Santo, para saber discernir entre las cosas que me convienen y las que no. No dejes que mi vida se vuelva superflua, vacía y sin sentido; no permitas que caiga en el orgullo, la vanidad, la depresión o la ansiedad. Pues hoy reconozco que tú eres mi gran tesoro, la roca que me sostiene, mi gran proveedor, mi libertador y mi amigo.
Mi dulce Jesús, aunque hoy soy más consciente de que cada día tiene sus propios desafíos sus propios retos y sus propios afanes, también puedo percibir la alegría del deber cumplido, y puedo sentir que no estoy solo, porque tú estás en mi vida. También puedo comprender que los problemas no se acabarán por completo, sino que tú me darás las fuerzas para afrontar cualquier situación que se me presente, pero con una mirada diferente, con una mejor actitud, con más amor y con la sabiduría que procede de tu Espíritu Santo.
Gracias mi Señor Jesús, por saciar todas mis necesidades y por permitirme dar buen fruto a tu lado. Lléname Señor de ti, porque tú eres la fuente de agua verdadera que quita la sed de nuestro ser, por eso hoy pongo en tus manos todo cuanto realizo y cuanto tengo, porque tú me lo das todo, por favor bendice también mi hogar, mi salud y a mi familia.
Mi buen Dios, tú has sido clemente y bondadoso conmigo, y hoy quiero darte las gracias por tu grandeza y fidelidad. Inspírame Señor Jesús, a dar buen uso de los recursos que has puesto en mis manos, y ayúdame a ser una persona agradecida y generosa; no me dejes caer en la tentación del orgullo, por favor no permitas que me olvide de ti y ayúdame a ser un buen administrador de todas las bendiciones que has puesto en mi vida.
ASÍ SEA +Ahora para seguir dando gracias a Dios, hagamos un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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