Queridos hermanos, bienvenidos una vez más a Yo creo en Dios, nuestro refugio espiritual.
Te invitamos a que repitas este poderoso versículo “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, acompañado de esta bella oración a nuestro Dios y Señor Jesucristo, para pedirle que nos bendiga y fortalezca para afrontar todos los retos y problemas que a diario se nos presentan en nuestro camino.
Por favor destina unos minutos para conversar con nuestro amado Creador, en un espacio tranquilo y sereno.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Amado Jesucristo, antes de comenzar, quiero darte toda la gloria, la honra y el poder, a ti bendito Señor, porque has sido tú, el que me acompaña en cada despertar, en cada día que vivo, en cada noche que tengo para descansar, y en todos los momentos de mi vida, no importa que hayan sido buenos o malos, sé que siempre estás ahí, dispuesto a acompañarme y a apoyarme en todo lo que necesito, por eso te doy infinitas gracias.
Señor, te agradezco por el infinito amor que tienes conmigo, pues sin tu apoyo no hubiera logrado cumplir las metas que me he propuesto, y a pesar de no haber conseguido la mayoría de mis objetivos o de mis sueños, también estuviste allí para levantarme y poder recomenzar, e incluso para poder aceptar las cosas que no pude cambiar, solo porque “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Querido Jesús, gracias te doy también, por todas las bendiciones que me has dado hasta el momento, y que no había querido reconocer, pues en muchas ocasiones, por mi orgullo, no me he dado cuenta, que lo he tenido todo, pues la vida cristiana, es más que solo riquezas, es más que dinero o cosas materiales, es un estado mental, donde se aprecia y valora todo lo que tenemos, un techo, el cariño, la familia y sobre todo, un Dios verdadero que siempre está para nosotros.
Bendito Creador, tú eres bueno y piadoso, y por eso en esta nueva mañana, quiero pedirte perdón por todos mis pecados, por todos los momentos en los que he fallado, en los que he lastimado a mis hermanos, en los que he pecado contra ti y contra el cielo, pues tú todo lo sabes, y por lo tanto, siempre sabes de mi comportamiento y de todo lo que hago; pero tú eres un padre bueno, eres misericordioso y te apiadas de mí siempre, pues a pesar de mi rebeldía, sabes que también tengo un corazón bueno, y que quiero que todo mejore y que pueda tener una vida digna y próspera junto a mis seres queridos y es por eso que de hoy en adelante diré: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Señor Jesús, tú sabes que mi vida es agitada y a diario se me presentan muchas dificultades, las cuales intento resolver, sin embargo, en esta oportunidad quiero pedirte en especial, que me ayudes a solucionar esto, que hoy me llena de desasosiego e intranquilidad:
(En este instante pídele a Jesús que te ayude a solucionar tu problema)
Venerable Jesús de Nazareth, gracias te doy por escucharme, por escuchar mis problemas, pero sobre todo, porque sé que incluso sin que lo note, vendrás en mi ayuda, acudirás muy pronto en mi auxilio, y yo veré tú gloria en mí realizada, porque, “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Desde este instante Señor, siento que me bendices, que bendices todo lo que hago, que me fortaleces a cada momento, para que mi vida tome un rumbo diferente, un rumbo de bendición, un camino de prosperidad, de amor y de esperanza, por eso a partir de este momento ya no tendré temor alguno, pues “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”.
Hoy es un día perfecto gracias a ti Señor, por eso abro mi corazón al amor y a la vida, hoy siento que puedo amar a mis hermanos y al mundo entero, porque por tu bendito poder, hoy me amo a mí mismo, y ese amor que hoy de mi brota y que viene de ti, pasa por todo mi cuerpo y por todo mi ser, limpiando y sanando a la vez todo mi cuerpo y todas mis emociones, por eso te alabo y te bendigo, porque siento que me has renovado.
Amado y glorioso Jesús, gracias por tenerme en cuenta, gracias por darme todas tus bendiciones, por estar en los buenos, pero sobre todo en los momentos en los que más necesito de ti, para no dejarme desfallecer, te pido finalmente, que sigas acompañándome y guiándome este y todos los días de mi vida.
ASÍ SEA +
Recuerda que al hacer esta oración y este versículo a diario, podrás notar que empezarás a cambiar, que tu autoestima mejorará, y al mismo tiempo encontrarás un propósito para ti y verás la vida de manera más clara, pues el Señor estará junto a ti.
Ahora te invitamos a hacer el Credo, un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria.
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