ORACIÓN PARA ENTREGARNOS A JESÚS Y PEDIR SU AYUDA, DEFENSA Y PROTECCIÓN DE TODO MAL Y PELIGRO

por | Dic 18, 2020 | ORACIONES DE PROTECCIÓN | 0 comentarios

Apreciados amigos, reciban toda la defensa y protección de nuestro amado Creador, en este nuevo día.

Si en algún momento de tu vida te has sentido apesadumbrado, sientes que las cosas no salen bien, que hay demasiadas situaciones negativas en tu hogar o cosas malas le pasan a tus seres amados, y no sabes el porqué, a lo mejor, necesitas de la intervención inmediata de nuestro poderoso Salvador Jesucristo.

Por eso, hoy traemos a ustedes esta poderosa y milagrosa oración a nuestro amado Jesucristo, para pedirle su ayuda, defensa y protección, contra todo mal y peligro que pueda afectarnos o que pueda dañar a nuestros seres amados.

Realiza esta oración en la noche, al lado de la Santa Cruz de Jesús, y pídele su poderoso auxilio durante nueve días seguidos para que recomponga tu vida, te de nuevas esperanzas y te ayude a superar todos los problemas que te estén atormentando.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Amado Padre del Cielo, te doy infinitas gracias el día de hoy, por tu bondad, porque me das un nuevo día de vida, en el cual me permites disfrutar de todas las maravillas que has creado, así como poder salir al mundo, a seguir luchando para construir un futuro para mí y para mi familia.

Señor, hoy con todo el corazón, te entrego mi ser, y también, deseando siempre lo mejor para ellos, quiero entregarte a mi pareja, a mis hijos, a mis padres, a mis hermanos, a mis tíos, primos, suegros, cuñados, y a todos mis amigos y seres queridos, que están necesitando con urgencia de tu compañía y de tu protección.

Señor, en este día nos consagramos a ti, para que junto al Espíritu Santo, y a la ayuda de Dios Padre, nos ampares y no permitas que seamos atacados por entidades que sean ajenas a tu voluntad; por personas que quieran hacernos daño con envidias, habladurías, cizañas, celos, rivalidades, temores o desconfianzas, que nos llenen de malas energías y que puedan llegar a afectarnos negativamente. 

Bendito Jesucristo, en este preciso momento, vengo a clamar por tu ayuda, para que con tu poderosa mano, intervengas en mi vida, y me ayudes a liberar de esta situación por la que estoy pasando, y que desde hace tiempo no me deja avanzar en la vida, y que me ha perjudicado tanto:

(En este momento dile al Señor lo que te afecta y pide su poderosa ayuda)

Ahora Señor Jesús, entra en nuestros corazones, toma posesión de ellos, sana todas las heridas que tenemos o que hemos tenido en algún momento, y que aún no han sanado. Por favor, vuelve a curar todas las heridas de nuestra vida si es necesario, pues todos nosotros realmente necesitamos comenzar nuevamente, levantarnos otra vez con más entusiasmo y curados por tu amor, y para eso te pido que entres en mi corazón y en el de todos mis seres amados, para que llenes nuestro ser de tu bendito y santo espíritu. 

Señor, también te pido encarecidamente que protejas nuestros cuerpos, toma el control de ellos, para que con tu poder, sea rechazada cualquier entidad maligna, cualquier espíritu del mal o energía negativa, que desee atacarnos. Consérvanos con excelente salud, para poder servirte adecuadamente y para que también podamos gozar de tus bendiciones y disfrutar cada día todo lo que nos das.

Bendito Jesús de Nazaret, toma por favor nuestro tiempo, para que dirijas nuestros pensamientos y las acciones y decisiones que tomamos en nuestra vida, para que esta sea muy bien aprovechada y no se desperdicie en cosas banales o en acciones que lastimen a los demás.

Señor, te ruego que bendigas también, sobre todo en estos tiempos de turbulencia y de grandes cambios en el mundo, nuestros estudios, nuestros trabajos, nuestros proyectos, nuestros negocios, nuestras empresas, para que den buenos frutos, y puedan mantenerse a flote, y de esa manera, puedan seguir beneficiando a quienes dependen de ellos.

Ten en cuenta amado Jesucristo, las casas donde habitamos, la nuestra, la de mis padres, de mis hijos, de mis parientes y las de mis amigos, libéralas de toda mala energía y o de malos espíritus que pudieran llegar a habitarlas y que hayan traído cosas malas a ellos. Bendice y ampara todos los vehículos, en los que nos transportamos, ciérralos con tu poder, para que siempre nos libremos de cualquier accidente o infortunio que estuvieran en riesgo de tener.

Ahora, poderoso Salvador, te pido que nos cubras con tu Preciosísima Sangre, para que el Enemigo no pueda dañarnos. Cubre por favor todo lo que nos pertenece, todo lo que es nuestro, todas las personas que entran o entrarán en contacto con nosotros, para que estén amparados con tu poder.

Señor, que todo lo que mencionamos quede cubierto por tu Sangre para que no sufra ningún daño, y te rogamos que con tu poder, sigas venciendo todos los días a Satanás y a todos los espíritus que vienen del mundo de las tinieblas, de las heridas, del Seol, del averno, de lo oculto, de las fuerzas desencadenadas de la naturaleza, de las herencias malignas, del resentimiento, de los pecados, y a todos los espíritus del mal de los que seamos portadores o que sean portados por cualquier persona a través de la cual el enemigo nos quiera dañar.

No permitas Señor, que las personas tengan ningún resentimiento en contra nuestra, que dejen a un lado pensamientos de venganza y que nunca tomen ninguna clase de represaría en contra nuestra que pudieran afectarnos.

Aleja también de nuestras vidas, la incomprensión, las persecuciones, las envidias, los celos, la crítica destructiva, la burla, la difamación, los juicios, las calumnias, los resentimientos y la avaricia; así mismo, aparta de nosotros la tristeza, la depresión, las brujerías y los sortilegios o magias que pudieran dañar nuestras vidas.

Santa María madre de Jesús, ¡abre tu manto precioso, cúbrenos y protégenos a todos nosotros!, a todas las personas que te mencionamos y también a todas las personas que entren en contacto con nosotros, para que automáticamente queden cubiertas con tu manto protector, para que nos defienda de todo mal y de todo peligro.

Ángeles Guardianes ¡protegednos el día de hoy!

San Miguel Arcángel, manda tus maravillosas Legiones de Ángeles a cuidar de mí, de todos mis seres amados y de todas las personas que dependen de mí, ayúdanos en esta lucha contra el enemigo, contra el mal y contra los que intentan hacernos daño.

Señor Jesús, mi Salvador y único Dios, por favor escucha todos mis ruegos y concédeme tu santa protección, hoy y por siempre.

AMÉN +Ahora, para que nuestra súplica tenga más poder, haz conmigo el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.


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