Queridos hermanos de Yo Creo en Dios, que nuestro Creador los llene de sabiduría y mucha paz en sus corazones.

A diario vemos como suceden grandes conflictos, que nos llevan a diferentes guerras, ya sea entre familiares, amigos, conocidos, compatriotas o entre diferentes países, situaciones que se salen de todo lo que quiere Dios para nosotros como sus hijos, y que nos destruye irremediablemente. 

Por esa razón en esta oportunidad, traemos esta poderosa oración, para pedirle a Dios que nos ilumine y nos ayude a buscar siempre caminos de paz y de reconciliación, que nos permita agachar la cabeza para pedir perdón y a la vez, poder perdonar a los que nos han herido u ofendido.

Te rogamos que hagas con nosotros esta oración, todas las veces que sea necesario y que la necesites, para que se acaben tantas guerras que existen, ya sea en el mundo o en nuestras vidas, guerras que solo traen tristeza y destrucción, y pidámosle también, que nos conceda persistir en hacer siempre su Santa Voluntad y que nos dejemos guiar por su infinita sabiduría.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Señor, gracias por un día más de vida, gracias por no tener en cuenta nuestras culpas, derrama por favor sobre todos nosotros tu bondad; ten piedad Padre Santo de todos los inocentes que sufren a causa de las guerras, de todas aquellas familias desplazadas a causa de la violencia y el desamor, y de los que tenemos alguna clase de guerra que esté destruyendo nuestra vida.

Te pedimos Dios mío que envíes tu Espíritu Santo sobre nosotros y que nos des tu perdón; que tu sabiduría nos acompañe y nos fortalezcas en el amor, para que podamos dejar de lado tantos intereses personales y egoístas y podamos pensar más en nuestros amados hermanos.

No permitas Padre Santo que la vida de nuestros hermanos se pierda en guerras absurdas y egoístas, para eso suscita en nuestros corazones palabras de amor y reconciliación, palabras de perdón y de vida; ayúdanos por favor y danos sabiduría para que no nos destruyamos los unos a los otros, pues todos somos tus hijos queridos.

Padre Santo, ten piedad de nosotros los pecadores y aleja de nosotros el deseo de venganza y de odio, aleja de nosotros el rencor y la maldad, y en cambio de esto, danos un corazón lleno de paz, de amor, de perdón y de reconciliación.

Señor Jesús ten misericordia de este mundo, afligido por la guerra y por tantos males, fruto de nuestra ignorancia y de nuestro deseo de poder. No permitas Dios mío que haya hambre, enfermedad, sufrimiento, o falta de trabajo a causa de nuestras malas decisiones.

Regálanos por favor la calma y la tranquilidad, apacigua nuestros ánimos hacia las peleas y hacia la violencia, aléjanos de la desesperanza y de los temores que siembran caos y que nublan nuestro entendimiento.

(Ahora dile al Señor, de qué guerra necesitas ser salvado y cómo necesitas que él actúe en tu vida)

Apiádate Señor de tu pueblo, quien sufre por las guerras, ten piedad de nosotros, y concédenos sabiduría para sembrar amor, perdón y esperanza, en medio de tanta tiniebla y tristeza; oh Divino maestro ayúdame a ceder en algunas ocasiones así tenga la razón, ayúdame a ver a mis hermanos con ojos de caridad.

Dios nuestro, queremos estar a salvo, sin embargo, somos insensatos y muchas veces nos desviamos de tu camino, así que por favor danos tu protección, concédenos el entendimiento de tu Espíritu Santo, y ayuda a los dirigentes de nuestros hogares y de las naciones, para que tomen mejores decisiones y mantengan a los pueblos del mundo a salvo.

Dios bueno y misericordioso, por tu gran amor ayúdanos a vencer la dureza de nuestros corazones, perdónanos por nuestras injusticias y ten compasión de tu pueblo.

Señor Jesús, por favor ten compasión de los refugiados, de los exiliados de sus naciones, de los fallecidos por las bombas y la violencia, o de los que lo han perdido todo, por favor muéstranos el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón, y permítenos experimentar un día el gozo de tu resurrección.

Perdónanos Padre Santo por tanta desobediencia y perdónanos por tanta sangre inocente que se ha derramado, ayúdanos a todos a dejarnos guiar por tu voz, háblanos al corazón y revélanos tu santa voluntad.

Señor retira de nuestros corazones el egoísmo, la envidia y la avaricia y en cambio de esto siembra tus frutos de amor, para que no haya guerras en nuestras vidas y vivamos en paz y cordialidad.

Te pedimos que no permitas que se levante nación contra nación, no permitas que se desate tanta amargura, muéstranos nuestros errores, haznos reflexionar siempre en tu amor, y envía ángeles para que nos cuiden y nos lleven por buenas sendas.

Bendito Salvador, quítanos de la mente todo pensamiento de odio, de resentimiento o de venganza, por favor líbranos de los enemigos y de la maldad, tú que eres el camino, la verdad y la vida, protégenos, damos tu piedad, escucha nuestra oración y no permitas que se creen más guerras en el mundo.

Señor Jesús, ilumínanos y líbranos de la tentación, ayúdanos para que pensemos en los más débiles, en los humildes, en los que mueren a causa del dolor y el sufrimiento de la guerra, ten compasión de todos nosotros y aléjanos del orgullo, de la indiferencia y de la apatía.

Te pedimos por las autoridades para que se esfuercen en tomar buenas decisiones para sus pueblos, regálales Padre tu sabiduría para que siempre prefieran la paz y la reconciliación, impúlsanos a todos a trabajar generosamente por el bien común y a respetar la vida, para que seamos portadores de tu palabra y de tu paz y amor.

Amado Dios por tu bondad regálanos un corazón de carne, que esté lleno de amor, y guíanos para encontrar en ti la fuerza para superar el miedo, el odio y la avaricia, y que en cambio de esto, crezca en nosotros la misericordia y la valentía de perdonarnos los unos a los otros.

Bendito Jesús, ayúdanos a construir juntos un mundo de equidad y solidaridad, a ser testimonio de la paz que supera todo entendimiento y de la luz que triunfa sobre las tinieblas del pecado y la muerte, para caminar al lado tuyo y vivir el paraíso aquí en la tierra de tu mano, por siempre.

AMÉN +

Ahora unámonos en cadena de oración para que se acaben las guerras, haciendo el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.

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