Con esta poderosa oración a nuestro querido Jesús, bendeciremos a nuestros amados hijos.
Respetados hermanos de Yo creo en Dios, gracias por seguir conectados con nosotros y que el Señor bendiga e ilumine a nuestros hijos.
En muchas ocasiones nuestros hijos se ven expuestos a diferentes riesgos o dificultades en su diario vivir, en su estudio, en su trabajo, en nuestra casa o en su propio hogar si ya son mayores, y siempre deseamos lo mejor para ellos y la protección del Señor.
Por esta razón en esta oportunidad te compartimos esta poderosa oración a Dios, para rogarle que bendiga a nuestros hijos, y que los ilumine y ampare de todo mal y peligro.
Realiza esta oración con mucha fe y amor, durante nueve días seguidos o cada vez que desees orar por ellos y pedir la ayuda de Dios.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Amado y querido Jesucristo que estás en los cielos y en el corazón de cada uno de nosotros, en tu nombre sello y protejo a mis hijos (di el nombre de tus hijos) y te pido Padre, Señor Todo Poderoso, que siempre estés con ellos, que los guíes, ilumines y ampares de todo mal y peligro.
Bendito Jesús, te suplico para que envíes la bendición de tu madre, la Virgen María y su esposo San José, que envíes a todos tus ángeles y arcángeles para que cuiden, protejan y bendigan a mis hijos, que son lo más preciado y adorado que he tenido en mi vida.
Custódialos Señor y aléjalos de cualquier mal y peligro que se presente en su día a día, y cubre todas sus necesidades para que puedan gozar de tranquilidad, de paz, de sosiego y de protección, por eso cuídalos por favor sobre todo en momentos de adversidad, donde el desespero y la ansiedad puedan llegar a ellos.
Padre mío, por favor guíalos en sus caminos y no permitas que hagan caso a los malos consejos, que no reciban ningún mal trato, ni nada que los hiera y pueda dañar su corazón, que es una de las cosas más preciosas y valiosas que nos has dado, para de esa manera honrarte a ti y pensar más en nuestros hermanos.
Mi Dios, en tu nombre los sello y los protejo con el poder de la preciosa Sangre de Cristo, para que de esta forma estén protegidos ante cualquier accidente, evento, riesgo, peligro o catástrofe natural, que los pudiera llegar a afectar; sálvalos por favor de todo mal que quiera entrar en ellos.
Santo de los Santos, Dios de Israel y del mundo entero, tú que eres quien atiende nuestras súplicas, escucha las mías y a mis hijos, cúbrelos con tu manto sagrado, de todo mal, de todo peligro o dolencia física, psicológica o espiritual.
Mi Señor, en este momento quiero pedirte esto en especial que necesito hagas o le des a mis hijos, y que solo con tu inmenso poder se puede lograr:
(Cuéntale ahora tu necesidad al Señor, lo que deseas para tus hijos y ruégale por su poderosa ayuda)
Contigo Señor, los sello y protejo con el poder de la Sangre del Santo de todos los Santos, que derramó su sangre para nuestra redención de todo enemigo del cuerpo y también del alma; los pongo en tus manos Señor, para que cualquier entidad que quiera hacerles daño, sea controlada y sometida con tu santo poder.
Ahora acudo a ti, Señor de eterna misericordia, mi amado Jesús de Nazaret, por tu preciosa sangre derramada, valiente y generosamente en la Santa Cruz, te ruego limpies y purifiques a mis hijos (di nuevamente sus nombres en voz alta), que selles su alma, su cuerpo y espíritu, su mente, su corazón y su vida, y que por medio de esta oración puedan reconocer que lo mejor de vivir, es entregarte la vida a ti para estar en paz con el mundo y con nosotros mismos.
Jesús, mi Dios bendito, en tus manos pongo a mis hijos para que seas tú quien guíes sus caminos y sus pasos; quien les brinde protección y muchas bendiciones, quien elija lo que es mejor para ellos, aunque no lo puedan ver, pero que tú en medio de todo, te encuentres a su lado protegiéndolos, bendiciendo su camino y mostrándoles la luz de tu corazón.
Permíteles Señor que ganen todas las batallas contra el mal, bien sea espiritual o físico, hazte tu presente y hazlos invisibles siempre ante cualquier clase de peligro o dificultad.
Finalmente, Señor, te entrego a mis hijos, a (di sus nombres en voz alta) porque sé que contigo estarán seguros, y su corazón se llenará de tus bendiciones, para que siempre te alaben y se llenen de tu amor, por siempre.
ASÍ SEA +
Ahora realicemos un Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias, para dar gracias al Señor y poner a nuestros hijos en sus manos.
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