Apreciados hermanos de Yo creo en Dios, que el Señor los bendiga y proteja en esta nueva jornada.
En algunas oportunidades solemos encontrarnos con gente voluntariosa, personas que no piensan en los demás, sino que solo procuran su bien individual, y que terminan convirtiéndose en una pesadilla, en gente envidiosa, nociva, con malas intenciones, e incluso transformándose en férreos enemigos.
Este es el caso de muchos vecinos que sea a propósito o sin intención, terminan faltándonos al respeto, haciendo cosas que nos perjudican y que terminan llenándonos de estrés y afectando incluso nuestra salud y tranquilidad.
Por esa razón hoy traemos esta oración a nuestro Dios y Señor, para que con su gran poder, nos haga el milagro de alejar y apartar de nuestra vida, a esas malas personas que nos hacen daño y que no nos dejan vivir tranquilos.
Realiza esta oración de manera juiciosa, durante 21 días seguidos, con la férrea esperanza, de que el Señor te concederá tu petición, si es justa, y con la seguridad, de que muy pronto tu vida volverá a la normalidad.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Bendito y poderoso Dios de los cielos y de la tierra, tú eres grande y misericordioso, por eso en este día, con mucho desespero acudo a ti, para contarte todas las penas y angustias por las que estoy pasando, debido al mal vecino con el que cuento en este momento, y del que quisiera se alejara de mí y de mi familia.
Mi Señor, yo sé que no te debería pedir esto, pero la verdad es que mi familia y yo, estamos cansados de batallar con este vecino, que realmente se ha convertido en una mala persona, constantemente nos molesta y está acabando con nuestra paciencia.
Mi Dios, tú me conoces, sabes que yo soy una persona tolerante, que respeta a los demás, no importa quien sea, pues así como tú nos has mandado a decir, “amaos los unos a los otros como yo los he amado”, yo cada día intento hacer lo posible por respetar a las otras personas, pues sé que son mis hermanos, pero en el caso que te estoy trayendo hoy, realmente ya no puedo más con esta persona, pues no tiene ninguna clase de consideración con los demás, pues no solo he sido yo el afectado, sino que también él tiene problemas con otros vecinos.
(Ahora cuéntale al Señor tu problema o conflicto y pídele su divina ayuda)
Amado Padre, tú nos has dicho, “el que habita a la sombra del altísimo, morará bajo el cuidado del omnipotente”, y por eso yo habito en ti Señor, para que con tu gran poder, me protejas, me guíes y me ampares de los ataques del enemigo, que en este caso, son los de este o estos vecinos que no conocen el valor del respeto por los demás, que pasan por encima de los otros, que no piensan en los hermanos, sino que solo quieren su bienestar.
Tu palabra dice que mis enemigos caerán mil a mí izquierda y diez mil a mi derecha, más a mí no me tocará mal alguno, y por eso espero y decreto que con tu gran poder, podré derrotar a mis enemigos de ahora en adelante, que a esta o estas personas que me han hecho la vida difícil, que me han querido ver caer, se les devolverán todas sus acciones o intensiones, pues han sido malintencionadas, y tú Señor, eso no lo ves bien, pues sabes que me han afectado a mí y a los míos, pero de ahora en adelante, de tu mano, todo se resolverá a mi favor.
Señor, el enemigo anda como león rugiente buscando a quien devorar, pero tú mi Dios eres mi gran escudo, que me protege contra esta y todas las fieras que intenten hacerme daño, y con tu espada e inmenso poder, podré alejarlas de mi vida para siempre.
Mi Dios, en nombre de Jesús de Nazaret y con tu gran poder hoy digo, que confío que ningún mal tocará mi morada, ninguna lengua viperina podrá hacerme daño, ninguna murmuración, ninguna mentira, me tocará.
Todo plan que se esté orquestando en los aires en contra mía o de mi familia, por parte de mis enemigos, quedará desecho, será destruido y su mala energía devuelta, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Finalmente, mi glorioso Dios, dice en tu palabra que mis enemigos por un camino vendrán, y por siete serán dispersados, más a mí no llegarán, ningún arma forjada que se levante contra mí, prosperará, ni me tocará, porque tú lo puedes todo, y proteges a tus criaturas, y yo te doy inmensas gracias, porque tú tienes, el poder, el honor y la gloria, por siempre.
ASÍ SEA +
Ahora reforcemos nuestra oración, haciendo el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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