
Apreciados hermanos, que el Espíritu Santo de Dios, habite en ustedes en esta nueva noche.
Si has tenido un día pesado, tus fuerzas se han menguado y sientes intranquilidad por lo que viene, te invitamos a hacer esta Oración al Espíritu Santo de Dios, para pedirle que habite en nosotros, nos de sus siete dones, y nos de la paz y tranquilidad que necesitamos en esta nueva noche.
Antes de dormir, escucha y haz esta oración, durante siete días seguidos si tienes alguna petición en especial, con la certeza de que la tercera persona de la trinidad, es Espíritu de Luz, de Fuerza y de Amor, que siempre está allí para nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Bendito y amado Espíritu Santo, llego en esta nueva noche con mucho fervor y humildad, para pedirte que me guíes y protejas en adelante. Tengo fe absoluta en ti, y por eso te pido que me acompañes, para poder descansar tranquilamente, que las situaciones que me angustian y afligen, no me llenen de intranquilidad ni interrumpan mi sueño.
Por favor lléname de nuevas energías, recarga mis baterías para que mañana, pueda empezar el día con ganas de triunfar. Hoy me comprometo a luchar contra el mal y contra toda tentación, y a la vez trabajaré, por ser mejor cada día, sobre todo con los demás para ser un mejor hijo de Dios.
Le pido a nuestro Señor, que te envíe amado Espíritu Santo, mientras descanso para que me des una nueva vida y estar en paz, por favor llena mi corazón y enciende el fuego de tu amor en mi ser.
Oh Divino Espíritu, por los méritos de nuestro Salvador Jesucristo, te suplico que vengas a mi corazón y me comuniques la plenitud de tus dones, para que iluminado y confortado por ellos, viva según tu voluntad, muera entregado a tu amor, y así merezca vivir eternamente por tu infinita misericordia.
Piadosamente te suplico, que guardes todos y cada uno de mis pensamientos, y que me concedas que yo siempre pueda mirar tu luz, escuchar tu voz y seguir tus inspiraciones llenas de gracia.
Santo Espíritu, en esta noche, te pido me concedas resolver esta situación o cumplir este sueño, que tanto necesito:
(En este instante dile tu dificultad o deseo al Espíritu Santo, y pide su divina ayuda)
Sé que tú intercedes en mi vida querido Espíritu, por medio de la Justicia Divina. Tú siempre estás en mis pensamientos y en mi corazón, lo que hace que cada día sea una jornada mejor, y cada momento mi ser se transforme, para gloria tuya Señor.
Hoy he aprendido, que al final del día, lo único que de verdad importa no son las cosas negativas que me han herido, porque es mejor olvidar y perdonar, no importa cuánto me haya afectado, pues es mejor tener la paz que necesito, a tu lado.
Te pido Santo Espíritu, por el perdón de mis pecados, y también para que me envíes tus siete dones: tú Espíritu de Sabiduría y Entendimiento, el Espíritu de Consejo y de Fortaleza, El Espíritu de Conocimiento y de Piedad y el Espíritu del Santo Temor.
Gracias Santo Espíritu, por haberme dado la oportunidad de vivir este día, a pesar de las adversidades; yo te agradezco por todos los momentos por los que he pasado, no importa si han sido buenos o malos; porque con los buenos, he estado feliz y en paz y he visto tu justicia en mi vida; y con los momentos malos, porque al finalizar este día, veo que tú pusiste las cosas como deben ser, pues haces lo mejor por todos tus hijos, y sé que las decisiones que me iban a llevar por un camino erróneo, las alejas de mi vida, porque tienes mejores planes para mí.
Dame la gracia oh Espíritu Santo; Espíritu del Padre y del Hijo, para decirte siempre y en todas partes: “Habla Señor, que tu siervo escucha”. Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, y gracia y eficacia para hablar.
Tú que me das el don divino de perdonar y de olvidar el mal que me hacen, y que en todos los instantes de mi vida estás conmigo, quiero en este corto diálogo, agradecerte por todo y confirmar que nunca quiero separarme de ti, por mayor que sea la ilusión material.
Te pido perdón por todo lo que salió mal el día de hoy, por culpa de mis palabras y de mis acciones, la verdad no quise herir a nadie, y por eso, estoy trabajando por ser mejor hijo tuyo. Sé que cuando caí en tentación y tomé decisiones incorrectas, no te tuve presente en mi mente y en mi corazón, y por eso me arrepiento y me comprometo de ahora en adelante, a mejorar y a hacer las cosas bien.
Santo Espíritu, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, lo que debo callar, cómo debo actuar, y lo que debo hacer en cada momento, para gloria de Dios, bien de las almas, y de mi propia Santificación.
Te lo pido, en nombre de nuestro amado Dios y Salvador Jesucristo, quien nos ama infinitamente y es nuestro único Dios, por los Siglos de los Siglos.
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