Reconcíliate con el pasado: sí, es verdad, has hecho cosas mal, has dañado a personas, te equivocaste en ciertos comportamientos y en ciertos momentos… pero recuerda que eres humano y también tienes derecho a fallar.
“Lo digo porque el que está en Cristo es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo” 2 corintios 5, 17
Sabemos que en nuestra vida hemos experimentado cosas buenas y a veces dificultades, pero todo lo que hemos vivido viene de Dios y nos ha ayudado a acercarnos a nuestro prójimo, por eso quien acude a Cristo podrá entender el plan de Dios en su vida, pues el Señor quiere concedernos más bendiciones y al tenerlo presente podremos ser esa nueva creación.
Es importante disponer nuestro corazón para dejar entrar las bendiciones de Dios. A veces lo tenemos ocupado por las preocupaciones o por las heridas que no hemos cerrado y que nos mantienen en circunstancias que ya no podemos cambiar; Dios también nos da la fortaleza para perdonarnos por las decisiones que tomamos y nos enseña a vivir cada día con plenitud.
¿No os acordáis de lo pasado, ni caéis en la cuenta de lo antiguo?
Isaías 43, 18
Cuando Dios nos da experiencias difíciles o que no entendemos, tiene como propósito hacernos mejores personas, además aprendemos a vivir de manera diferente, es también el recordatorio de que hemos avanzado y se nos está dando una oportunidad para disfrutar plenamente de las maravillas de Dios.
Esto incluye a las personas que nos acompañan, a veces algunas de ellas tenían un momento en nuestra historia y otras hacen parte de nuestra vida por más tiempo, lo importante es que sepamos apreciar y agradecer lo que hemos compartido, sean buenas o “malas”, porque cada una de estas han marcado nuestro corazón, por eso perdonar lo que creemos que salió mal o quisiéramos cambiar, nos ayuda a disponernos para recibir nuevas experiencias y valorar a las personas que continúan dándonos enseñanzas para hacer nuestro camino más apacible.
“Por mi parte, hermanos, no creo haberlo conseguido todavía. Sin embargo, olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, al premio a que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús.”
Filipenses 3, 13-14
Las decisiones que hemos tomado en nuestra vida, nos han traído hasta la realidad que tenemos, recordar que en cada etapa contamos con el apoyo de la familia o amigos, es agradecer a Dios por la ayuda que nos ha brindado, tomemos pues estas experiencias como motivación para el camino que aún nos falta, para alcanzar nuestros proyectos y para perdonar todo aquello que de pronto nos ata a un pasado que ya no podemos cambiar.
Reflexionar sobre quienes hemos sido y desde donde hemos iniciado, será nuestra guía para entender cuál es la voluntad de Dios, debemos pedirle que nos ilumine siempre y que nos ayude a rodearnos de todos aquellos que nos ayudan a ser mejores, para siempre acercarnos más a Él, pues la sabiduría que nos concede llena nuestra alma de paz y alegría, las cuales podremos compartir con nuestro prójimo y así ser cada vez mejores para agradar a Dios.
En el camino que estamos recorriendo siempre tendremos que tomar decisiones, puede que a veces nos equivoquemos o pensemos que hubiese sido distinto, lo cierto es que con cada decisión hemos construido nuestra realidad y eso nos acerca a las personas que amamos y lo vivido con ellas, así que si cambiáramos un solo segundo de nuestro pasado, nuestro presente sería distinto y quizás perderíamos momentos y personas valiosas.
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura {es}; las cosas viejas pasaron; he aquí, son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17
Cada nuevo día es una oportunidad que tenemos para alcanzar nuestros propósitos, rodearnos de personas que nos impulsen y motiven, para lograrlo debemos ser constantes y disciplinados, pues si Dios lo tiene planeado, para nosotros se abrirán las puertas y los caminos que nos conduzcan a lo que necesitamos.
Cuando en nuestro corazón tenemos un deseo, Dios lo escucha y nos muestra por dónde avanzar, nos da cualidades y virtudes que nos ayudarán a obtener eso que tanto hemos anhelado, pidamos siempre sabiduría y serenidad pues el que tiene presente la voluntad del Señor abrirá las puertas del triunfo y del éxito en su vida.
Que Dios te ilumine y te bendiga.
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