Con esta poderosa oración al Salmo 23, daremos tranquilidad a nuestra vida y le pediremos al Señor que nos conceda su ayuda.
Queridos hermanos de Yo creo en Dios, que nuestro Señor hoy llegue hasta sus vidas y los llene de calma y les ayude a resolver todos sus problemas.
Constantemente sostenemos una lucha por resolver todas las dificultades que a diario se nos presentan, ya sea en lo económico, en la salud, en el amor o en cualquier situación que nos afecte, por lo que solemos llenarnos de angustia e intranquilidad.
Para combatir todos nuestros problemas, hoy traemos a ti, esta milagrosa y poderosa oración a nuestro Padre Celestial, para ponernos a sus pies y pedirle que nos dé el sosiego que necesitamos, y con su mano poderosa, nos ayude a solucionar todos nuestros inconvenientes.
Realiza esta oración con mucha concentración, durante nueve días seguidos si tienes alguna petición en especial, con toda la fe de tu corazón, y de seguro, muy pronto el Señor hará en ti el milagro que estás necesitando.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Amado Dios de todo lo visible e invisible, tú eres mi pastor y mi redentor y por eso hoy acudo a ti en busca de tu ayuda y consuelo, pues eres el único que me puede enseñar el camino por donde debo andar, y además solo tú puedes darme la salvación de mi cuerpo y de mi alma.
Mi Señor, hazme descansar de los agobios del mundo, de los afanes por los que paso todos los días cuando intento solucionar todos los problemas que tengo, en cambio, llévame hacia tus verdes praderas, dame la tranquilidad y restaura mi alma, para que así, de tu mano, pueda solucionar una a una, todas las dificultades que se presenten en mi vida.
Padre Celestial, por favor restaura mi alma, pues los conflictos por los que estoy pasando me llenan de ansiedad, y no me dejan salir adelante, no me permiten construir cosas positivas, sino por el contrario, me llevan a estancarme y a ahogarme incluso en un vaso de agua.
Por eso necesito de ti Señor, para que con tu gran poder celestial, me llenes de tu energía renovadora, y me des las fuerzas necesarias, para luchar contra cualquier enemigo que se atraviese en mi camino y así pueda alcanzar la meta que me haya trazado, solo así, de tu mano confiaré en que si es posible.
Mi Dios, con esta plegaria, quiero dejar en tus manos, esta situación en especial que hoy me roba la paz y la calma:
(Ahora cuéntale al Señor tu problema o aflicción y pide su generosa ayuda y protección para poder solucionarla)
Señor, aunque pase por el valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo, tu vara y tu cayado me consuelan y me darán las fuerzas necesarias para enfrentar al mal o a cualquier enemigo, y tú mi Dios, en nombre de nuestro Señor Jesucristo, me darás la victoria, sobre cualquier cosa o persona que quiera perjudicarme o hacerme daño.
Padre Eterno, tú has ungido mi cabeza con aceite, me has bendecido porque me amas, porque quieres lo mejor para mí, por eso yo de ahora en adelante, prometo amarte y adorarte más, porque muchas veces he sido una persona ingrata, que no ha sabido reconocer todas las veces que me has ayudado, todas las ocasiones en las que me has bendecido, pero hoy todo cambiará, porque reconozco que sin ti no soy nada y me perdería, pues tú eres mi luz, mi faro, el único camino por donde debo andar.
Señor, tú prepararás la mesa delante de mí en presencia de mis enemigos, pues aquellos que en algún momento me quisieron ver mal, solo podrán ser testigos de la magnificencia y del amor que tú tienes por mí, porque hoy soy fiel a ti y me llenarás de todas tus bendiciones, y en cambio ellos, solo encontrarán desasosiego y pasarán por el llanto y el rechinar de dientes.
Tú eres poderoso y misericordioso Señor, y por eso te aman tus criaturas, y también por eso yo acudo a ti, para pedirte perdón por todos mis errores y mis faltas, pues he sido una persona pecadora, que incluso se ha olvidado y ha renegado de ti, pues la soledad en ocasiones me ha consumido y ha sacado lo peor de mí, pero hoy reconozco que tú nunca me has olvidado, que siempre has estado a mi lado, y he sido yo, quien no ha puesto de su parte y me he creído el propio Dios de mi vida, pero solo tú Señor, eres el que tiene el poder para transformarlo todo, y hoy te pido que me cambies para bien mío y de mis seres amados.
Mi Dios, por favor dame la tranquilidad para poder afrontar todas mis luchas, permíteme tener mucha serenidad para resolver uno a uno los desafíos del nuevo día, y así de tu mano, llevar mi vida a otro nivel, y ser una persona que triunfe en el amor, en la salud, en la prosperidad y en todos los objetivos que me trace todos los días de mi vida.
Todo esto y lo que llevo en mi corazón, te lo pido en nombre de nuestro adorado Jesús de Nazaret, quien es Dios y vive y reina por los siglos de los siglos.
AMÉN +Ahora hagamos el Credo, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias, para complementar nuestra oración y alcanzar la tranquilidad y ayuda de nuestro Señor.
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