Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: “Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir.”
Apocalipsis 21: 3-4.
Desde que aceptaste a Dios en tu vida y decidiste darle un espacio en tu corazón, Dios vive contigo y nunca te abandona. Está siempre a tu lado, guiándote y consolándote. Desde que lo recibiste en tu corazón, la vida ya no es igual, ya no existen lamentos, ni tristezas, porque Dios te ha llenado de amor.
Y aunque a veces te olvides de Él y te vuelvas a sentir desolado, triste y abandonado, solo necesitas recordar que el Señor ya es parte de tu vida y a pesar de que no faltan las adversidades, estas son vividas de otra forma porque tienes las herramientas y la fortaleza para afrontarlas debido a que Dios vive contigo.
Más a Dios no le basto con eso y te envió a su hijo único para que le recordaras, para que aprendieras a vivir con menos angustias y confiando más en ÉL, además te regala su palabra, en la que cada día te da respuestas a las preguntas que tienes, te da consuelo cuando te sientes desolado y te anima a seguir cuando te estás dando por vencido.
Pero no suficiente con esto te dejo al Espíritu Santo para que te diera sus dones y cada vez estuvieras más cerca del Señor, para que cada día abras los ojos y te des cuenta del paraíso en el que vives y lo disfrutes, además de permitirte acércate a su gloria.
“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.”
San Juan 3: 16-17.
Además envió a Cristo para que recordaras su amor, para que te perdonará y pudieras soltar todo lo que te hace daño y ser feliz, te hizo uno con otros para que olvidaras tu egoísmo y fueras testimonio de su palabra. Dios te envió también a ti al mundo con una misión que no puedes cumplir si te alejas de Él, si te olvidas de sus enseñanzas y de su amor.
El Señor marca tu camino para que lo sigas, te muestra por dónde seguir para que te alejes de lo que te aparta de la senda que Él te ha preparado, porque ya habrás escuchado que todo en la vida es energía y es así, hay negativa y positiva y Dios te creo e hizo todo por ti para que te mantengas siempre unido a Él y en todo lo que pase o haya en tu vida este con energía positiva, que te facilite llegar a tus metas y ser feliz.
Así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo.
Romanos 12: 5.
En las demás personas asimismo hay energía igualmente positiva y negativa, es decir así como hay personas que te ayudan a crecer, a ser mejor cada día y a estar cerca de Dios, hay otras que por el contrario te alejan de Dios, te hieren y te hunden en un pozo del que crees no podrás salir, es por esto que la palabra de Dios y los ángeles que pone en tu camino te guían hacia aquellos que están con Dios y que están unidos a Cristo y se hacen contigo parte de un mismo Espíritu.
Debemos hacer parte de un mismo cuerpo que es el de Cristo, quien vino a traerte enseñanzas de amor y humildad, que te ayuda a sentirte bien y reflejar amor y paz. Jesús te glorifica para que seas uno con Él y por esa unión seas uno con Dios, para que ames a quienes hagan parte de tu vida, amigos o enemigos, como Cristo te amo y seas entonces reflejo de la palabra de Dios con tu vida y tus actos y no solo de palabra.
Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa: yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí.
San Juan 17: 22-23.
Cristo te ha glorificado desde que vino al mundo para salvarte, entonces no seas necio y no te apartes del Señor, porque entonces caerás, dejarás de brillar y no podrás amar, ni tener paz, ni felicidad en tu vida porque lejos de Dios no se puede ver con claridad, y si no puedes ver bien por donde caminas, no verás lo que hay y puedes ir destruyendo lo que esté a tu paso.
Por lo tanto, glorifícate cada día con Cristo, siendo testimonio, viviendo en coherencia y dando muestras de la presencia de Dios en tu vida, no seas quien ocasione que otros se alejen de Dios, porque al ver lo que haces y cómo vives, se podrán espantar y considerarán que estar con el Señor es vivir sin sentido, sin coherencia y en una oscuridad profunda.
“Ustedes son la luz de este mundo. Una ciudad en lo alto de un cerro no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para ponerla bajo un cajón; antes bien, se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procuren ustedes que su luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su padre que está en el cielo.
San Mateo 5: 14-16.
Recuerda que por el amor de Dios en tu vida eres luz que está llamada a iluminar, a estar en alto para alumbrar a todos los que estén cerca de ti, ama a quienes estén en tu vida, ayuda a quien lo necesite, disfruta de la vida, viaja, vive coherentemente, respétate y respeta a los demás, siendo así luz para el mundo. No olvides que la luz no está hecha para ocultarse, entonces tú mantente unido a Dios y sé testimonio de su palabra.
Ten fe en que irás cumpliendo tu misión y estarás preparando tu espacio en el cielo al hacer obras que den muestra de la presencia de Dios en tu vida y al acompañar y guiar a otros por el camino que Dios ha dispuesto para cada uno, para que alcancen la vida eterna.
Que Dios te ilumine y te bendiga.
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