Estimados hermanos de Yo creo en Dios, que nuestra amada Virgen María llegue a ustedes en este nuevo día.
Hay momentos en nuestras vidas, por las que pasamos por graves conflictos de pareja, situaciones que vienen de tiempo atrás que han deteriorado nuestra relación, o infidelidades, que nos llevan de inmediato a presentar difíciles crisis que pueden terminar en una separación o en un divorcio.
Para lograr superar esos graves momentos, hoy compartimos con ustedes esta milagrosa oración a nuestra amada Virgen María, desata nudos, para que se consagren a ella mediante esta plegaria, y le pidan con todo su ser la salvación de su relación, la reconstrucción de su matrimonio, y la sanación de nuestros corazones.
Realiza la oración con mucha fe y amor, durante nueve días seguidos, con la férrea esperanza, de que muy pronto, gracias a la oración, recibirás toda la ayuda, de nuestra amada Virgen María.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Oh María Inmaculada, dulce madre admirable y Embajadora de la paz y del amor, que con bondad desatas nuestros nudos cuando nos ves apurados y sabes que sufrimos; bendita Señora adornada con doce estrellas, simbolizando los dones que Dios te otorgó, que acompañada por los Ángeles que te asisten en tu labor, nos envías parabienes y derramas tu favor.
Dulce María, a ti llego con toda mi fe y esperanza, y por eso te imploro, que seas mi mediadora ante Dios, nuestro Señor. No hay alabanza digna de ti, bendita Madre Santa, no es fácil pagar los favores que a diario nos haces, ya que somos tristes pecadores, sin embargo, de nosotros no te olvidas, pues en los malos momentos nos brindas amparo y nos das afablemente y por amor tu resguardo y protección.
Tú, como buena Madre, nos cuidas, desatas los nudos que ahogan y atormentan nuestra vida; tú nos das la comprensión y el auxilio que buscamos en nuestros desaciertos, en nuestros errores, y cuando sabes que estamos tocando fondo, como ahora que tengo tantos problemas en mi hogar y tantos nudos por desatar.
Te ruego amada Virgen, que con tu inmenso poder y bondad, desates los nudos tan grandes y difíciles que están presentes en mi vida sentimental y no me permiten tener dicha y sosiego y estar junto a la persona que tanto amo (di su nombre).
Desarma los nudos que se han tejido en nuestra pareja, ábrenos los caminos y sana nuestras heridas, limpia nuestros corazones de tanto enojo y resentimiento. Por favor ayúdame a encontrar la solución y la manera de actuar para que no se derrumbe ni termine esta relación pues aún nos queda amor para darnos mutuamente.
Madre amada, elimina todo obstáculo que nos impida reconciliarnos y aleja a cualquier persona que interfiera en nuestra unión, sana nuestras almas y llénanos de calma, para que se estabilicen nuestros sentimientos y emociones, y haz que recuperemos todas nuestras ilusiones.
Señora mía, acércanos de nuevo el uno al otro, restaura nuestra familia, para que se aleje la tristeza y soledad que se ha apoderado de nuestras vidas; te suplico que hagas que desaparezcan las infidelidades, los odios y los rencores, y así mismo, que sepamos dialogar sin reproches ni discusiones; haz posible que (repite su nombre) retorne a nuestro hogar, donde le extrañamos y añoramos su presencia, aboga por mí ante la Santísima Trinidad, socórreme con tu inmenso y generoso amor maternal, y ayúdame a desatar los nudos que me impiden ser feliz:
(En este instante cuéntale a nuestra amada Virgen María, la situación por la que pasas, y pídele su urgente y milagrosa ayuda).
Santísima Madre de Dios, Virgen Inmaculada Concepción, tú eres mi consuelo, de ti todo lo espero, no me niegues tus favores ahora que tanto los necesito. A ti que siempre cumpliste los mandatos del Señor, me encomiendo fervorosamente y te pido seas mi apoyo, mi baluarte, dame tu caridad y acógeme bajo tu amparo y protección.
Señora mía, con gran confianza he depositado mis deseos en tus manos y con humildad te pido lleves a los Cielos mi petición, desata por favor la cinta llena de nudos que aprisionan mi vida y otórgame te pido el remedio que tanto busco.
Madre de Corazón puro y blando, de infinita clemencia, tú que jamás te enredaste y jamás dudaste, dame fortaleza, dame tu caridad, aumenta mi fe y enséñame a perdonar, a olvidar los rencores, por favor ablanda mi corazón, para que sea mejor con mis semejantes, dame perseverancia para seguir los Santos Mandamientos de Dios, y sobre todo, dame tesón para no dejar nunca de amarte, y otórgame Madre desde las Alturas tu maternal bendición.
Santa María que desatas los nudos que nos oprimen, te suplico, que acudas cuanto antes a mí y que tengas piedad de mí ser, dame tu gran protección, y por tus méritos, por tu poder de mediación ante el Señor, haz que se cumpla lo que te pido en esta humilde oración.
Te lo pido por la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, quien vive y reina y es nuestro Dios y Salvador.
ASÍ SEA +
Ahora complementemos nuestra oración a la Virgen Desatanudos, haciendo el Salve, un Padre Nuestro, tres Ave Marías y tres Glorias.
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